• 13/03/2018 01:02

Innovación: diálogo privado y público

No es voluntarista sostener que en el emprendimiento, la pequeña y la mediana industria existe un infinito espacio para crear negocios

Esta es una era global, con multinacionales para las cuales correr riesgos es infinitamente más complejo que para las Pymes o pequeños emprendedores. A ello se suman los fenómenos de concentración y tener menos actores en muchos mercados, fusiones y adquisiciones.

El llamado es a pensar ‘fuera de la caja' y también a imitar lo bueno, alguien me comentaba hace unos días que la ‘mayor bendición' de Israel es no contar con grandes recursos naturales. Quién podría cuestionar las maravillas tecnológicas y el aporte a la ciencia de ese país a la humanidad.

Por su parte no es voluntarista sostener que en el emprendimiento, la pequeña y la mediana industria existe un infinito espacio para crear negocios y valor, con costos transaccionales y miradas, que por la dinámica y envergadura de las grandes empresas, es más difícil de prospectar.

Pensemos que en el mundo actual, de los algoritmos y digital, la naturaleza humana es la única capaz de ver lo que otros no ven, especialmente en momentos de necesidad. El principio aristotélico básico de supervivencia se aplica en plenitud; grandes fortunas y grandes líderes han aparecido posquiebras, posfracasos y etapas durísimas. Pensemos en la empresa en Jack Ma o en Steve Jobs, pensemos en la política en Nelson Mandela o Lech Walesa.

Desde mi tribuna, Chile, el recién asumido Gobierno del presidente Sebastián Piñera, se ha planteado como desafío modernizar aún más el rol del Estado en el emprendimiento y la innovación social, de cara a economías colaborativas y en plena sintonía con la sociedad civil. Después de todo, el crecimiento lo generan las personas y las empresas y no los Estados.

De regreso a Panamá, con un escenario privilegiado para la innovación, por ejemplo, en la Ciudad del Saber, donde confluyen organismos internacionales, centros de pensamiento, y connotada parte de la sociedad civil. Por qué no pensar en aquella como un espacio de aterrizaje y aumento de experiencias compartidas con los emprendedores e innovadores chilenos.

Pero más allá de esto, los ‘Silicon Valley' no son lugares físicos, en la era global y digital, están en la calle, en un simple computador y en el ímpetu para crear y emprender. Soy un convencido de que el espíritu humano puede más que las circunstancias, por cierto es nuestra tarea, para los que estamos en el servicio público, en mi caso la diplomacia, dar acompañamiento, apoyo e intermediación a los que se atreven a ‘cruzar el río'.

En síntesis, la transformación del mercado laboral y la desigualdad de rentas son dos fenómenos mundiales que están ahí y que pueden encontrar un espacio de solución, en parte, con más innovación, más emprendimiento y un fluido diálogo entre lo público y lo privado.

ABOGADO Y DIPLOMÁTICO.

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