• 17/03/2019 01:00

La lista de útiles escolares

El costo de los útiles escolares ha aumentado descontroladamente.

El costo de los útiles escolares ha aumentado descontroladamente. Los padres de familia se quejan de las grandes sumas que pagan por libros que, en algunos casos, son utilizados parcialmente y otros que ni siquiera miran durante el año lectivo.

Esta situación es lamentable, porque los papás, un tanto limitados económicamente, aducen que en muchos planteles, cada año, los textos son reemplazados por otros que no muestran grandes cambios en su contenido, pero que tienen que proporcionárselos a los muchachos, porque son exigidos por el proceso de aprendizaje y porque además vienen acompañados de un cuaderno específico de trabajo. Así, las familias incurren en gastos cuantiosos, porque cada hijo requiere un compendio diferente al que empleó el hermano que cursó el mismo nivel en el período escolar anterior.

El escenario antes descrito es preocupante, porque, aunque reconocemos los cambios que se producen cada día en el inmenso mundo del conocimiento, hay mecanismos para ejecutar las llamadas actualizaciones, si contamos con docentes con las competencias necesarias para hacerlo.

En el pasado, los menores heredaban los libros utilizados por sus hermanos que tenían la responsabilidad de mantenerlos en las mejores condiciones posibles, pero además, los estudiantes contaban con cuadernos, manuales, libros de trabajo, etc., en los cuales se insertaban los descubrimientos que no se podían pasar por alto para estar al día. En muchos casos, profesores y maestros permitían la iniciativa individual para tales procesos, pero eso sí, verificaban que lo novedoso fuera conocido por quienes estaban a su cuidado.

Hoy, además de libros nuevos, algunas listas de útiles incluyen ‘tabletas' para ser empleadas en el aula de clase. Es un acierto para poner la tecnología al servicio de la educación, porque ‘ayudan a poner en manos de los alumnos un mundo de posibilidades, favorecen aprendizaje personalizado, facilitan la captación del interés de los discípulos, la concentración y los preparan en la búsqueda de información, entre otras cosas'.

Todo esto es cierto, pero el empleo de esta herramienta también tiene desventajas: dislexia, pérdida de la práctica de la escritura, descuido en la competencia de la buena ortografía y sobre todo, la no preparación de los docentes para el empleo de esta gran ayuda.

Por otra parte, además del costo de la tableta, de dañarse como suele suceder con frecuencia, manejada por manos inexpertas, acarrea un gasto significativo, porque su reparación no es nada barata. Y si esto fuera poco, los estudiantes que usan primordialmente este instrumento, se pierden el mundo de riquezas que representa hojear las páginas de un libro. Pero si esto no es suficiente, ¿se consultó al padre de familia en la toma de esta decisión?, ¿cuenta la escuela con la ayuda de padres voluntarios que ayuden al maestro a controlar el uso de la tableta, para que cuando se esté usando la misma ninguno esté consultado canales de YouTube o juegos de entretenimiento?

DOCENTE UNIVERSITARIO JUBILADO.

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