• 03/04/2019 02:00

Restaurar cobertura forestal, prioridad ambiental

Esta zona necesita, con carácter de urgencia, un programa de reforestación orientado a conservar las fuentes de agua

Panamá, a pesar de contar con una importante cobertura boscosa que es necesario conservar a toda costa, también tiene aproximadamente dos millones de hectáreas deforestadas. Es decir, hay una gran tarea que realizar para incorporar estas tierras a la economía nacional; pero también, aumentar los bienes y servicios ambientales que se generan en ellas.

Se requiere desarrollar, con urgencia notoria, una campaña de repoblación forestal permanente en el sector pacífico del país donde la situación es crítica, pues toda esta zona presenta los porcentajes más bajos de cobertura boscosa en el territorio panameño.

Ante este panorama, las políticas públicas deben concentrarse en conservar lo que aún existe de bosques, que en su mayoría está en las áreas protegidas y comarcas indígenas. Y por otro lado, promover la restauración de tierras degradadas con énfasis en la península de Azuero.

Esta zona necesita, con carácter de urgencia, un programa de reforestación orientado a conservar las fuentes de agua; pero también, producir materia prima para la industria forestal; ambas actividades se pueden complementar con sistemas agroforestales (cultivos + árboles) y silvopastoriles (animales + árboles).

Todo esto requiere de estímulos económicos, ya que esta actividad de reforestación es costosa en sus primeros años de establecimiento. En otros países se han diseñado esquemas exitosos de incentivos que han permitido elevar la cobertura boscosa, como es el caso de Chile y Costa Rica. En Panamá, también se han hecho intentos de establecer tales opciones de inversión forestal, con limitados resultados (Ley 24 de 1992).

La iniciativa público-privada de la Alianza por el Millón, enhorabuena se establece para atender esta realidad y la reciente Ley 69 de Incentivos Forestales. Lo novedoso de esta norma es que incluye incentivos no fiscales. Esto permite que el pequeño productor tenga acceso a recursos financieros y de esta forma pueda participar plenamente del incentivo.

A escala global se prevé que el mercado mundial de madera aumentará significativamente; pero el ritmo de nuevas plantaciones no es suficiente para satisfacer tal demanda. Lo mismo ocurre en el país. A la fecha solo hemos reforestado 80 mil hectáreas de los dos millones que tenemos deforestadas.

Si nos proponemos reforestar, aunque sea unas 500 mil hectáreas en 10 años, podemos aumentar considerablemente la masa vegetal en todo el país. Estaríamos creando empleos a nivel rural, recuperando suelos, protegiendo las fuentes de agua para aumentar la biodiversidad y así mejorar las condiciones ambientales que contribuyen a reducir el calentamiento global.

Panamá participa actualmente en un importante proyecto de dimensión mundial. Se trata de la Reducción de la Deforestación y Degradación de Bosques (REDD+), que reconoce un servicio ambiental del bosque que se refiere a la cantidad de carbono almacenado en él y que causa el calentamiento global.

La implementación de este proyecto mejorará la relación bosque-comunidad, al crear una sólida cultura forestal a largo plazo. Los nuevos bosques consolidados a través de la reforestación reducen la presión hacia los bosques naturales, además de generar divisas adicionales para el país, además de contribuir a la mitigación del cambio climático.

Es importante destacar que Panamá cuenta con una Estrategia Nacional Forestal al 2050 que se debe implementar a través de un Plan de Acción para lograr la conservación y restauración del paisaje natural a nivel de todas las cuencas hidrográficas del país.

Los tomadores de decisión requieren tener en cuenta estos instrumentos de gestión del territorio, ya que el problema del cambio climático cada día se agrava y provocan el deterioro de las condiciones ecológicas del entorno rural y a veces, urbano, en donde las inundaciones y sequías serán algo cotidiano en nuestras vidas con las consecuentes pérdidas de vidas humanas y ecosistemas naturales.

MIEMBRO DEL COLEGIO DE INGENIEROS FORESTALES DE PANAMÁ.

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