• 17/04/2019 02:00

Historia natural y periodismo panameño

El enfrentamiento de estos puntos de vista recorrió muchas esferas; también medios de comunicación y en especial la prensa

Las teorías constituyen la manera como la ciencia expone los fenómenos que se producen en la realidad. Ellas son el final de un trabajo sistemático o, como diría el maestro Elí de Gortari, ‘—como generalización del experimento o como explicación comprobada experimentalmente— suministra una perspectiva de conjunto y desde un nivel elevado, para las investigaciones posteriores'.

Este método fue el que condujo a Darwin a plantear cómo surgió la vida humana en el planeta. Según sus conclusiones, fue una evolución de las especies y la suma de diversas relaciones entre los componentes de la naturaleza con una articulación de causas y efectos. Esta concepción no fue del agrado de muchas corrientes; sobre todo, de científicos que llegaron hasta a acusar los hallazgos del autor como una caricatura sin sentido ni lógica.

Durante el siglo XIX ambas posturas fueron contrapuestas. Por un lado, Darwin y por el otro, el naturalista Louis Agassiz que expandió su posición, adversa a cualquier idea diferente a la suya con fuertes lazos religiosos. El enfrentamiento de estos puntos de vista recorrió muchas esferas; también medios de comunicación y en especial la prensa. Panamá no fue una excepción. El diario La Estrella de Panamá dio paso a la diatriba.

El biólogo panameño César A. Villarreal encontró los registros de esa disputa en las páginas del mencionado periódico; se dedicó a documentar y analizar minuciosamente estas alegaciones y pudo evidenciar cómo las opiniones eran teñidas con una u otra. De este resultado, redactó junto a Guillermina Itzel de Gracia, un trabajo titulado ‘La recepción inicial del darwinismo por el Panamá decimonónico: una respuesta paradójica'.

Esta revisión en viejos ejemplares de ‘la Decana' pareciera ser tan solo un ejercicio de hemeroteca; sin embargo, los autores han ido más allá, porque la indagación ha sido el punto de inicio del desarrollo de una ciencia en sus orígenes desde el istmo, que también era el campo de estudio de significativas misiones europeas. Heckadon Moreno ha descrito a través de una amplia obra el recorrido de equipos biológicos en la selva local.

Villarreal y De Gracia parten de una paradoja; según ambos, una creciente burguesía pareció no interesarse en la evolución del pensamiento y la praxis de estudios sobre la naturaleza que también tenían un escenario en Panamá. ‘Evidencias circunstanciales, sin embargo, sugieren que el panameño prestó igual interés a los avances que en ciencia y tecnología se desarrollaban en Europa y Estados Unidos durante la segunda revolución industrial'.

Y esto ocurre en un momento crucial para la biología porque los descubrimientos y en especial la teoría de la selección va a dar paso al surgimiento de la historia natural, un importante paso de la ciencia. Villarreal ha tenido una prolija formación, tanto en la Universidad de Panamá como en Irlanda, que le dan un panorama amplio del desenvolvimiento de los estudios sobre la conducta de la vida de las especies en su contexto evolutivo.

Es digno de destacar la dimensión de la técnica empleada. Los autores explican que la revisión completa de los datos recogidos, presenta ‘215 notas periodísticas analizadas del 25 de febrero de 1853 al 6 de junio de 1914'.

Esta recuperación de las alegaciones sobre la teoría de la evolución en las páginas del diario nacional durante el siglo XIX, será el motivo de una conferencia que dictará el profesor Villarreal. Su título es ‘Historia natural y periodismo en Panamá', a presentarse el martes 23 de abril, en el hotel Central, bajo los auspicios del Ministerio de Ambiente, La Estrella de Panamá y el apoyo del PNUD.

En ese programa, cuatro comentaristas analizarán la exposición. Sus juicios constatarán la vigencia y trascendencia del aporte que esta pesquisa novedosa hace a la ciencia panameña.

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