• 26/06/2019 02:02

Economía, sociedad y pigmentocracia

‘La población mayoritaria, es subordinada por los inmigrantes blancos que controlan los medios de producción, el comercio, los resortes de la política y los medios de comunicación'

Las sociedades americanas han sufrido un racismo histórico y desnaturalizado, traído y cultivado por los colonizadores como medida de control social, dominación y subordinación. Eso, además de otros elementos históricos, ha llevado a que la dominación haya utilizado y siga utilizando elementos de control social, como la discriminación por el color de la piel, el perfilamiento racial y la construcción de un imaginario lleno de prejuicios y estereotipos.

Para ello se ha válido de la manipulación de la educación donde se invisibilizan los aportes de indígenas y negros en Panamá; se establece el monopolio de opinión e ideas, con el control de los medios de comunicación, de los partidos políticos y el control del Estado por una élite pigmentocrática.

La preeminencia social de la clase dominante de inmigrantes europeos y norteamericanos ha permitido que se cultiven estos factores de exclusión social, y la intolerancia que hubo con la existencia del apartheid y discriminación a los inmigrantes antillanos y a los nacionales afrolatinos, indígenas y mestizos.

La población mayoritaria, es subordinada por los inmigrantes blancos que controlan los medios de producción, el comercio, los resortes de la política y los medios de comunicación.

Luego de la separación de Panamá de Colombia, el grupo económico en el poder, estableció los parámetros de funcionamiento de la sociedad. Ubicó el color de la piel y la condición económica, como elemento de inclusión/exclusión de posibilidades y el tasador de oportunidades. Esto se relaciona por la condición económica y la pertenencia o no a la población indígena o afrodescendiente que figuraban en los más bajo de la escala social, y que mantienen las condiciones económicas más precarias, potencializadas por la histórica esclavización, exclusión social y discriminación existente, que promueve la desigualdad en la sociedad.

Esta situación histórica impactó en la condición y postergación de los descendientes de los esclavizados, y no es casualidad que la pobreza, la precariedad en la salud y en las condiciones de vivienda, el acceso al agua potable, y más recientemente la violencia y delincuencia, tengan presencia en las comunidades marginadas urbanas y rurales de nuestra sociedad.

Chomsky, refiriéndose a David Hume, describe la paradoja del pueblo que se somete a los gobernantes en las diversas sociedades, a pesar de que la fuerza radica en la mano de los gobernados. Los gobernantes, en última instancia, pueden gobernar si logran controlar la opinión popular, por más armas que posean. En caso de que la población no acepte las cosas, los gobernantes están perdidos. La paradoja establece que existe un conflicto entre las personas que se niegan a aceptar la dominación y la injusticia y aquellas personas que intentan obligar al pueblo a aceptarlas. (Cfr. Chomsky N., 2012, p. 147).

La oligarquía ha establecido un modelo al resto de las clases, su prototipo caucásico, sus costumbres, sus hábitos, en fin sus formas de vida tienen una fuerza de fascinación, en las categorías sociales menos favorecidas establecía la admiración y el amachinamiento frente a la personalidad del rabiblanco. (Cfr. Pereira R., 1979).

Es claro que la pigmentocracia, cobra su presencia con los regímenes oligárquicos de la era republicana, pero particularmente con el impulso de la división de clases sociales, alimentada por la instauración del Club Unión, y la exclusión social e invisibilización de los fuertemente coloreados. Esa sociedad, que recién había sido separada de Colombia, y protagonizaba el escenario de la construcción de la vía interoceánica.

Estimamos que un alto porcentaje de población reclusa en Panamá está conformada por la población subalterna históricamente: indígenas y negros; tanto afrolatinos y afroantillanos. Esta presunción no es categórica, por la falta de un adecuado censo penitenciario, que establezca las características étnicas de la población carcelaria.

Esta imagen de la población queda expresada por Beleño:

‘Las paredes blancas de mi celda me hicieron compañía hasta las cinco y media de la tarde cuando introdujeron los cinco convictos que iban a ser mis compañeros de prisión. El primero fue Belisario Porras, un aborigen de las islas de San Blas; Nicanor Miranda, del barrio de El Chorrillo; Arthur Ryams, de la Loma de San Miguel en Calidonia; Franklin Delano Owen, de Paraíso y August Mildred de Red Tank'. (Beleño, J., 1991).

Cuando Beleño describe la conformación de la población penitenciaria revela una constante que sigue presente hasta la actualidad, expresado en las medidas de perfilamiento racial, la discriminación que en múltiples casos criminalizan a la población con fuerte coloración que habita en los barrios marginados, cuya denominación más reciente es ‘área roja', revelando las entretelas de los regímenes pigmentocráticos, que instrumentalizan a la población. Y, regularmente, les brindan materiales de construcción, jamones, pavos, letrinas, becas, subsidios y empleos precarios.

Los regímenes pigmentocráticos, no respetan los derechos humanos, económicos, sociales y culturales de la población. Se mueven en un contexto de corrupción, usufructo de los fondos públicos e impunidad. Deterioran la precaria cohesión social y terminan situando a la sociedad en el abismo de la incertidumbre y en el umbral de la violencia económica y social.

Bibliografía : Beleño, Joaquín. (1991) ‘Gamboa Road Gang. Los Forzados de Gamboa'. Editorial Manfer. Panamá.

Chomsky, Noam (2012) ‘Cómo funciona el mundo. Conversaciones con David Barsamian'. Editorial Katz, Madrid.

Pereira, Renato (1979). ‘Panamá Fuerzas Armadas y Poder Político'. Editorial Universitaria. Panamá.

ECONOMISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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