• 25/01/2020 00:00

La rebelión de los pies descalzos

Ángela Becerra en la novela Algún día, hoy nos conmueve el alma al dibujar el perfil de una mujer indomable. Betsabé Espinal es pionera del movimiento real y activo de Latinoamérica en pro de la libertad y dignidad de las mujeres.

Ángela Becerra en la novela Algún día, hoy nos conmueve el alma al dibujar el perfil de una mujer indomable. Betsabé Espinal es pionera del movimiento real y activo de Latinoamérica en pro de la libertad y dignidad de las mujeres. La historia social se construye con las que rompen paradigmas.

Betsabé, a los veintitrés años, en 1920 dirige una huelga de cuatrocientas trabajadoras de la gran fábrica textil de Medellín, es una lucha social sin precedentes. El heroísmo femenino le da jaque a una poderosa empresa, reclaman justicia, respeto y dignidad.

Ángela, durante seis años de investigación, se funde con esa joven valiente. Habita su cuerpo, mente, emociones y sueños. Gritan, sufren y vibran juntas en la praxis por la igualdad entre mujeres y hombres, en la indignidad contra empresarios opresores que avasallan y explotan a las mujeres, considerándolas como máquinas en el engranaje de la producción industrial.

Ángela, en el batir de alas que las letras adquieren cuando la escritura es una alquimia de la palabra, logra un diseño magistral que hace de la trama un ballet de compases perfectos. La prosa exuberante genera un frenesí caótico que envuelve al lector en un torbellino de pasiones extremas.

La descripción se hace personaje, en el erotismo sublime, en los tonos poéticos y metáforas los cuales son ecos de la vida silvestre en una vida primigenia.

Betsabé es una arisca morena con el perfume de los bosques, los ojos desafiantes son un sol de justicia en una sociedad elitista, enferma y acartonada por las imposturas. Sociedad agazapada en formalismos, ávida de rotular y desclasificar; allí las mujeres son analfabetas, obedientes y sumisas, fáciles de explotar. Betsabé Espinal es la diferencia, sabe leer, piensa críticamente y tiene carácter, es irreverente y tiene el espíritu de las insolentes.

Betsabé es hija natural, una campesina de pobreza extrema, por avatares vive con una familia adinerada, a la madre la contratan como nodriza de una bebé que nace coja. Allí ella y la madre son maltratadas en un calvario sin redención.

Betsabé es desterrada a una fábrica textil, allí todo es prohibido, las niñas y mujeres trabajan con los pies descalzos, son sometidas a la agresión sexual, las discriminan salarialmente, son humilladas y carecen de futuro. El clima laboral es infernal y de constantes represiones.

Betsabé organiza una insólita huelga con un grito de ¡NO MÁS! Le declara la guerra a los déspotas empresarios. Ella expresa que el sometimiento tiene un límite y reclama justicia. La sociedad y el país se escandalizan, se perturba el orden establecido por la elite dominante.

La rebelión de mujeres descalzas reclama los derechos humanos, dignidad laboral, respeto a su integridad; demandas impensables en una cultura donde las mujeres no pueden pensar ni decir nada, la mujer solo debe obedecer a los maridos. El tiempo es de insurgencia y de emancipación.

La empresa es inflexible, sorda e implacable. La violencia nunca es el camino del entendimiento y se estrellan con un movimiento con responsabilidad colectiva. El país se paraliza, los periodistas cierran filas en apoyo a las huelguistas, la unidad nacional presiona y obligan a la empresa a un acuerdo. Las mujeres consideradas las débiles, aplastan a los fuertes e intocables. Logran la paridad laboral entre hombres y mujeres, una democracia real. Lo esencial para las mujeres es el reconocimiento a su dignidad como seres humanos.

Betsabé, una obrera patipelada reinvindica a las mujeres, es la voz de los desamparados, la líder frente al industrial explotador. Las mujeres pierden el miedo.

Las mujeres logran ocho horas de trabajo con almuerzo incluido, aumento del salario del cuarenta por ciento, libertad de calzarse, cambio de los capataces despiadados. Salarios iguales para hombres y mujeres.

¿Quién es Betsabé? Ella desconoce la codicia del dinero. Considera que el futuro es ya. Tiene la fuerza interior, ella es sin adjetivos, una rosa salvaje, una mariposa loca, no tiene la necesidad de representar ningún papel ni poseer nada material. Está hecha de fuego con una vitalidad desbordante, prefiere Ser a tener.

Betsabé encarna a mujeres excepcionales como Manuelita Saénz y Simone Weil, es contestataria.

Algún día, hoy es una narración de amores imposibles, se ambienta en París y Medellín; todas las pasiones se anidan en 813 páginas, es un enjambre vital y de una lujuria cromática que avasalla con la fuerza de las palabras inaugurales.

Ángela Becerra supera El manifiesto comunista de Marx y Engels, texto para intelectuales, ya que Algún día, hoy es una novela de criterio social, la cual asedia ese ideario con la praxis del mundo real de los obreros, es didáctica y con una prosa hermosa.

El tiempo de la literatura es mágico, el imaginario de Ángela Becerra en Algún día, hoy le da vida a poetas, pintores, narradores, hombres y mujeres imprescindibles, en un ajedrez fantástico los ubica en la trama de la narración.

Ángela usa el intertexto como hábil artesana de la palabra. Frida Kahlo, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Diego Rivera, Simone Well, Nietzsche, Rimbaud, Mallarme, Baudelaire, Picaso, Teresa de Jesús participan con Los Panidas, los vanguardistas colombianos en la odisea por la Revolución del pensamiento; es una fiesta del intelecto y del Arte sin coordenadas.

Pensamientos cardinales de Ángela Becerra a través de los protagonistas: El mundo que viene solo se podrá construir desde el verdadero humanismo. Escribir me ayuda a sobrevivir. Debemos aprender a vivir en la diferencia y no en la identidad estática; estamos en una sociedad cruel que no acepta las diferencias ni los defectos. Somos sabios por la experiencia. Prefiero morir de hambre que de palabras, necesito los libros.

La poética convertida en arma de vida genera caminos que pueden modificar la historia de la Humanidad en una nueva ética. La transformación carece de nacionalidad e idioma, es sin tiempo y nombres propios. Hay ignorantes que por vestir uniformes se creen dueños del mundo. No podemos dejar que el individuo sea un objeto, invisible y descartable; un lacayo de leyes fracasadas.

El ser humano llega a ser insaciable en su voracidad. El respeto es la única vía posible para llegar a un acuerdo. La política contenta a todos y procura que lo parezca. ¿Por qué las tierras tienen dueño si todos somos hijos de Dios? El no tener me lo enseñó todo. El tiempo es algo que nunca nos pertenece. El amor es un animal que nunca puedes dominar. La poesía es el centro de la vida y es capaz de transformar al universo. El ser humano necesita tener una pasión para mover al mundo.

Dedicada a Haydée Méndez de Espino. Referencia Bibliográfica. Becerra, Ángela. Algún día, hoy/Bogotá: Planeta, 2019. 813p.il.

Historiador, escritor y docente
Lo Nuevo
comments powered by Disqus