• 04/03/2020 04:00

Historias de mujeres y vulneración de derechos

En todo el país hay mujeres a las que solo las impulsa su instinto de madres y el gran amor por sus hijos, porque les tocó vivir una historia que no resiste cualquiera.

En todo el país hay mujeres a las que solo las impulsa su instinto de madres y el gran amor por sus hijos, porque les tocó vivir una historia que no resiste cualquiera.

Conocí a una mujer maravillosa que murió este año, a sus 97 años, una buena parte del siglo XX y dos décadas de este siglo, en los mejores tiempos de la educación en este país. Muere a una edad avanzada, sin leer y escribir, ¿se dan cuenta de que fue una ciudadana panameña a la cual se le vulneraron sus derechos toda su vida? ¿Cuántas mujeres no vivirán de la misma manera en los diferentes rincones de este país?; debe existir un mecanismo para identificar casos de este tipo que por cuenta propia no informan a las autoridades de su condición.

Hoy, otra mujer, a sus 67 años, es analfabeta, tiene su primer hijo a los 15 años. El padre de todos sus hijos tuvo problemas con el alcohol y esto significó vivir en medio de violencia doméstica por mucho tiempo. En este momento, la enfermedad de su marido la libra de los malos tratos. Por su edad, debe tener la posibilidad de, al menos, escribir su nombre y apellido, por supuesto se debe tratar de llegar un poco más allá, es un derecho humano fundamental.

En la provincia de Darién, donde un porcentaje importante de su población debe utilizar el transporte acuático, sea por río o mar, se tejen historia que parecen tomadas de una escena de ciencia ficción y que también representan una violación de derechos humanos, generalmente las más afectadas son las mujeres.

Hace muchos años, una mujer vivió una situación que comprometió su vida y la de sus hijos. Madre de mellizos, en la tarde había tenido en su casa el primer bebé, pero no logró parir el segundo y a las tres de la mañana tuvieron que tomar la decisión de llevarla al hospital de La Palma, desde una comunidad del golfo de San Miguel, me cuenta que era mucha más el agua que entraba en la embarcación y los fuertes golpes que producen las olas cuando los vientos las enfurecen. Me imaginaba la escena, porque la he vivido, pero sobre todo pensaba en esa mujer recién parida, con dolores, sangre y miedo, en medio de un mar que no da tregua.

Todavía hoy esa población espera la conexión por tierra desde la ciudad de La Palma y no ha sido posible. En la actualidad hay dos instalaciones de salud, en Sambú y Garachiné, que alivian el dolor, pero recordemos que para llegar a ambos lugares hay que enfrentar el vasto golfo de San Miguel.

Mujeres que, en condiciones educativas y con infraestructuras muy precarias, hacen un triple esfuerzo para sacar a sus familias adelante, muchas veces con poco o ningún apoyo de sus compañeros de vida. Ese tipo de mujer lo encontramos a lo largo de todo el país y del planeta, por eso pienso que es importante contar estas historias, porque de alguna manera deben crearse políticas públicas que las incluyan, no importa el lugar donde se encuentren.

Felicidades a las mujeres del mundo y de Panamá, en el Mes Internacional de la Mujer.

Docente, Centro Regional Universitario de Darién.
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