• 23/03/2020 04:00

Inconsciencia ante el peligro

Ken Rogoff, un economista catedrático en la Universidad de Harvard, ha repetido este viernes las mismas palabras utilizadas por el presidente Laurentino Cortizo para describir la lucha contra el coronavirus: “Estamos en guerra”.

Ken Rogoff, un economista catedrático en la Universidad de Harvard, ha repetido este viernes las mismas palabras utilizadas por el presidente Laurentino Cortizo para describir la lucha contra el coronavirus: “Estamos en guerra”.

“Estamos sufriendo una parada repentina en la actividad económica. Vamos a ver una recesión, al menos a corto plazo”, remarcó Rogoff, al explicar que no se ha vivido una situación similar en la historia, al menos, desde la Segunda Guerra Mundial.

Pero en Panamá, la comunidad nacional parece tener poca conciencia de eso. Mientras que el Gobierno toma medidas puntuales, elogiadas inclusive por Naciones Unidas, un creciente número de ciudadanos se sienta ante sus televisores todos los días a la seis de la tarde, a enterarse como aumenta el número de contagios.

Parecen no darse cuenta de que si el número de contagios aumenta es porque el virus sigue viajando, se sigue moviendo, al tiempo que se mueven los “contagiado no detectados”. Confinarse no es un capricho, mientras haya personas movilizándose de un lado a otro, el virus se moviliza con ellos.

Es exactamente lo que sucede en Italia: Los expertos chinos que han llegado a ese país para ayudar a detener la pandemia, “se han sorprendido por la cantidad de gente que sigue habiendo en las calles, según lo reveló este jueves Sun Shuopeng, vicepresidente de la Cruz Roja en el país asiático”.

Una y otra vez se ha dicho, y habrá que seguir diciéndolo. El virus es invisible, porque en sus primeros días de incubación en la persona no presenta síntomas.

Es en ese período donde se presenta la mayor cantidad de contagios, porque “el infectado no detectado” no presenta ningún síntoma, así que se mantiene en contacto con otras personas que al adquirirlo, multiplican el contagio.

Entonces, la única salida es el confinamiento, QUEDARSE EN CASA, para evitar el contagio, pero igualmente para no contagiar a nadie en caso de que se esté infectado.

Esto apenas está empezando. La ventaja de Panamá es “el paso adelante” que han dado las autoridades, que en lugar de esperar a que el virus se desarrolle, han salido a cazarlo, literalmente, y en eso la comunidad tiene que ser una colaboradora puntual.

NO hay que esperar, como en el caso de Italia, a que salgan los camiones llenos de cadáveres, para tomar conciencia del peligro que nos acecha. Esto no es relajo, y la única luz en el camino es el intenso trabajo que realiza nuestro cuerpo sanitario, encabezado por el presidente Cortizo y la ministra Rosario Turner, y en seguridad, por el ministro Juan Pino.

Hay quienes expresan cierta impaciencia por las medidas oficiales. Pues se han ido aplicando gradual y responsablemente, incluida la paciencia ante la incomprensión. Eso también forma parte de una guerra en la que solo se puede vencer. No hay espacio para otra consigna.

Quedarse en casa, no salir, no andar por las calles multiplicando la calamidad; llamar al 169, esos son los pasos y tener a manos los viejos remedios: Vicks, descongestionantes, vitamina C… JBV

Periodista
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