• 26/05/2020 00:00

Impuesto pequeño a grandes depósitos para salvar a la CSS

La propuesta que planteo para salvar la planilla de los jubilados obedece a que hace muchos años dejé de creer que alguna vez haya habido un país mejor que este, con todo y sus poderosas lacras vividoras del erario.

La propuesta que planteo para salvar la planilla de los jubilados obedece a que hace muchos años dejé de creer que alguna vez haya habido un país mejor que este, con todo y sus poderosas lacras vividoras del erario. Estas últimas huéspedes de numerosos microorganismos peligrosos para el hombre, como la Yersinia pestis y la tuberculosis. Aún así, Ud. las ve con sus caras foscas codeándose con el cura, el pastor y con toda la cadena alimenticia del panamensis adulador e inocente.

El abogado Jaime Jacome G. ante el anuncio del señor Lao, director de la CSS, de que el 1 de enero de 2022 no habrá plata para pagar las pensiones de los 260 mil jubilados de la República de Panamá, entre ellos Ud., su señora y yo, publicó un artículo en donde propone a la ciudadanía renunciar a buscar a los culpables de la debacle financiera de la CSS, entre otras consideraciones por considerarlo absurdo.

Les digo que he quedado tan sorprendido como cuando leí por primera vez aquel poema Homérico de Troya en donde lloran unos caballos hasta morir deshidratados.

El letrado panameño Jaime Jacome dice que no queda otra que el Gobierno central panameño asuma la diferencia entre lo que la CSS pueda recaudar y los 1300 millones de dólares anuales que hasta ahora recibimos los jubilados y pensionados, aunque lo que recibimos sea una de las estafas más grandes prohijadas en este Istmo desde los robos del canal francés para acá, pues nos “mochan” sin piedad el 40 % de lo correspondiente.

Yo respaldo al jurista capitalino Jacome en lo de no perder el tiempo, porque es cierto ya el “agua no está para bollos”, la olla está para ablandar porotos. Y sugiero, sin que esto sea una desfachatez, que, habiendo 67 instituciones bancarias en Panamá con licencia general, la mayoría de ellas y licencias internacionales y de representación el resto, se imponga un impuesto muy pequeño a la plata ajena que goza de nuestra protección, tan subliminal el cargo que no espante siquiera a un cardumen de parivivos, un impuesto como dije a los depósitos a plazo de nacionales y extranjeros bastará, eso sí, cumplir correctivos. Recuerden que con solo los depositantes franceses tenemos, pues ellos les dijeron a sus autoridades: “JE SUIS PANAMA”.

Economista y escritor.
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