• 31/05/2020 00:00

Todólogos en acción

“[…] huye de los todólogos, porque con ellos es mejor guardar el más amplio distanciamiento físico, como si estuvieran contagiados del COVID-19”

El famoso refrán, “zapatero a tus zapatos”, que significa que solo se debe opinar sobre lo que sabemos, se ignora todos los días en los medios de comunicación.

En Panamá, como en otros países, tenemos algunos sabelotodo, hombres y mujeres, que pululan por los medios de comunicación, opinando sobre todos los temas, conozcan o no la materia de que se trata.

Hay quienes piensan que todo el mundo tiene derecho a opinar. Y así es, pero opinar sin conocer la materia sobre la que se opina, es una falta de seriedad o una irresponsabilidad, porque pueden influir negativamente en las personas que las oyen pensando que lo que dicen es verdad. He visto personas versadas en un tema, incurrir en graves errores, cuando hablan de lo que no saben, de otras materias de las cuales no son especialistas.

Lo honrado y lo correcto es opinar sobre lo que se sabe. La gente responsable debe hablar solo de lo que conoce y negarse a hablar sobre lo que no sabe. En muchas ocasiones he rechazado entrevistas sobre temas que no manejo. Siempre pregunto sobre el tema por el que quieren entrevistarme, para saber si puedo hablar de lo que conozco o tengo información suficiente y de la cual ya tengo una opinión formada.

Los todólogos creen que saben de todo y, por tanto, opinan de todo. Discuten de tú a tú con los expertos profesionales especializados; a veces, en forma insolente, ya que piensan que son capaces de discutir con cualquiera, pues su osadía no tiene límites.

Entre los todólogos tenemos políticos, funcionarios, periodistas, abogados, sociólogos, analistas políticos, etc.

Es prudente cuando te inviten a un debate averiguar quiénes van a participar y si ves que en la lista está algún todólogo o varios, debes abstenerte de participar, ya que corres grave riesgo de que te falten el respeto. Hay todólogos belicosos y de esos hay que tener cuidado.

La mayoría de estos todólogos se cree infalible. Los equivocados son siempre los otros.

Si el todólogo es político, se siente apto para opinar en la solución de todos los asuntos públicos, aunque solo posea un título profesional o ninguno o sin experiencia en la administración pública.

Si el todólogo es funcionario, solo por el hecho de ocupar el cargo, se convirtió en experto de la noche a la mañana. Hemos visto, en Panamá, ocupar ministerios a personas que, por su formación profesional, distan mucho de la especialidad del puesto en que fueron nombrados: abogados, ministros de Obras Públicas; periodistas, ministros de Educación; comerciantes, ministros de Salud y banqueros, desfilar por todos los ministerios del gabinete.

Si el todólogo es abogado, habla de todas las ramas del derecho, como si fuera especialista en todas y no tiene ningún escrúpulo en estar hablando de lo que solo conoce a medias.

Si el todólogo es periodista, es mejor no dar la entrevista. En primer lugar, porque querrá conducir tus respuestas a su forma de pensar o te discutirá tus respuestas, y al final terminará criticando tu postura. Uno de los principales vicios de los periodistas todólogos es que nunca rectifican, muy pocas veces otorgan el derecho de réplica, mientras atacan a su víctima frecuentemente, que a veces, puede defenderse una sola vez, mientras siguen dándole duro, en una campaña, siempre amparada bajo el disfraz de la libertad de expresión.

No hay la menor duda de que en el mundo existen personas polímitas, que poseen conocimientos que abarcan diferentes disciplinas, pero este no es el caso de los todólogos que circulan por todo el mundo mediático.

Por algo existen las universidades y estudiar cuatro, cinco y seis años, más una maestría y un doctorado no es ganas de perder el tiempo; son los requisitos que hay que cumplir para llegar a ser especialista en una materia y el simple hecho de saber leer y escribir no te convierte en un especialista de ninguna profesión u oficio.

Es fácil identificar a los todólogos, si ves que opinan, tanto de ciencias como de letras, de los problemas de la NASA o cómo curar el virus, sin ser científicos, letrados, pintores, arquitectos, médicos o técnicos espaciales, ahí tienes un todólogo.

En conclusión, huye de los todólogos, porque con ellos es mejor guardar el más amplio distanciamiento físico, como si estuvieran contagiados del COVID-19.

Exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia.
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