• 22/10/2020 00:00

Comercio multilateral, desafío pospandemia

Tiempos difíciles forjan líderes fuertes, dicta la analogía adaptable a esta crisis mundial que vivimos con la COVID-19 que ha puesto de relieve el papel de las organizaciones internacionales en el apoyo al comercio, la coordinación de respuestas (tanto a nivel sanitario como económico), incluyendo la facilitación del acceso a información a través de las fronteras en tiempos de crisis.

Tiempos difíciles forjan líderes fuertes, dicta la analogía adaptable a esta crisis mundial que vivimos con la COVID-19 que ha puesto de relieve el papel de las organizaciones internacionales en el apoyo al comercio, la coordinación de respuestas (tanto a nivel sanitario como económico), incluyendo la facilitación del acceso a información a través de las fronteras en tiempos de crisis. Panamá, con una ubicación estratégica al comercio internacional, es consciente de la importancia de avanzar en la transformación productiva con equidad social, ganando mercados y competitividad para las empresas que generan empleo y satisfacen las necesidades de salud, educación y vivienda.

Si antes la preocupación era el contagio, ahora el enigma es “y luego de la COVID-19, ¿qué nos espera?”. Para esto será necesaria una etapa de reanimación con respuestas coordinadas, acordes con las exigencias de la economía global, entre tanta incertidumbre, los efectos de una pandemia causaron una caída de un 18 %, este último descenso comparado a los primeros tres años de la Gran Depresión, provocando un aumento en la tendencia de los movimientos en contra de la globalización, como el proteccionismo comercial y el unilateralismo, fenómenos que actúan como nubes negras en el cielo oscureciendo la luz de una reanimación económica necesaria.

Todo esto sucede, durante una guerra comercial entre dos potencias, una líder por años, la otra mayor beneficiada de la globalización de los últimos 20 años, el origen de una economía multipolar, que mantendrá grandes implicaciones en el orden de las cadenas de producción global, agregado a los bloqueos de los nombramientos del órgano de apelación de la OMC, absteniendo de resoluciones las disputas comerciales que enfrentan a sus 164 socios. Al dejar de estar operativo, los países envueltos en nuevos enfrentamientos carecerán de un órgano independiente donde dirimir sus diferencias, quedando a merced de la ley del más fuerte. La libre competencia exige reglas claras y transparentes para recobrar el ritmo de una economía que impulse el intercambio comercial.

Sin embargo, la historia muestra que el comercio puede respaldar la recuperación de la calamidad mundial que estamos atravesando: ayuda a equilibrar la oferta y la demanda mundiales y a impulsar el crecimiento a largo plazo. Como en el pasado tras la finalización de la II Guerra Mundial, surgieron líderes con temple, que tomaron la iniciativa de firmar el GATT, cimiento del origen de la OMC, con el fin de impulsar la liberalización comercial, cooperación económica y un sistema comercial abierto a todos, evitando retrocesos en tiempos de tensión, ya se logró en el 2008, la OMC fue fundamental luego de la crisis financiera, promoviendo a los países alimentarse mutuamente del crecimiento y compensar las presiones fiscales y financieras.

Nuestro país, llamado a jugar un rol proactivo como “hub” del comercio, se adhirió a la OMC en 1997. Desde entonces, ha realizado numerosas notificaciones a la OMC. Ha utilizado el mecanismo de solución de diferencias en varios casos como reclamantes y demandado, siendo favorecidos y en otras ocasiones no tanto, a pesar de esto Panamá se mantiene como defensor de la liberalización del comercio, instrumento válido para afianzar el desarrollo, tomando en cuenta las preocupaciones de cada miembro de la OMC, considerando que el desarrollo comercial de un país debe conseguirse a través del acceso a mercados.

Cabe resaltar que los principales lineamientos de la política comercial de Panamá se encuentran contenidos en una estrategia nacional de comercio exterior. Dicha estrategia se puede resumir en: la celebración de acuerdos internacionales en materia de comercio exterior; la promoción de las exportaciones panameñas; la promoción de los cambios internos necesarios para mejorar la producción nacional; la incorporación de la participación activa del sector privado en la formulación de estrategias orientadas a mejorar el clima de negocios; posicionar a Panamá como destino de la inversión extranjera directa y mejorar los esquemas de facilitación del comercio por medio del desarrollo de plataformas tecnológicas. Conservando la prioridad de dirigir al país hacia la integración multilateral con una mayor apertura comercial para la economía panameña validando los TLC vigentes.

En los próximos meses la organización estará llamada a una estructuración razonable, líderes nuevos emergerán llamando a un consenso responsable que alimente el círculo virtuoso de apertura, comercio, y prosperidad estable, logrando que el organismo obtenga el protagonismo que merece. La futura dirección de la OMC desempeñará un papel importante a la hora de impulsar el cambio en reformas más amplias para apoyar la recuperación a largo plazo; enfocando esfuerzos en completar las negociaciones de comercio electrónico de la OMC, se ha convertido en una prioridad.

En consecuencia, Panamá se encamina a obtener una mayor participación donde se requiere confiar en un sistema multilateral de comercio, para que, dentro de un escenario multilateral fuerte, con reglas claras y transparentes, procure el beneficio de estabilidad para una economía pequeña y dependiente del comercio internacional. Por consiguiente, será primordial incrementar la competitividad, acompañada de una política socioeconómica y educacional, impulsando la conquista de la sexta frontera en la erradicación de la pobreza.

No debemos esperar a que los acontecimientos ocurran. Seamos líderes, mediadores, proactivos respaldando al organismo que rige la economía mundial, mostrando que el camino del nacionalismo económico y el proteccionismo no contribuyen afianzar el camino hacia la seguridad, paz y prosperidad mundial. En este esfuerzo, las cadenas de suministro globales serán parte de la solución, no el problema, Panamá por su posición privilegiada y un canal recién ampliado serán esenciales para la reactivación y prosperidad económica.

La globalización en tiempos de pandemia implica exigencias, pero también oportunidades. Es una tarea de nuestra diplomacia comercial identificar esas oportunidades y aprovecharlas para atender de mejor manera las acuciantes necesidades nacionales, generar puentes de oportunidades de inversión, de comercio y de integración social explorando nuevos espacios de acción en la promoción de seguridad y confianza.

Ejecutivo de Inversiones y Comercio Exterior.
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