• 18/08/2010 02:00

Presupuesto 2011: Inversiones

El proyecto de Presupuesto de Inversiones del Sector Público No Financiero, que asciende a más de B/.3.8 mil millones sin incluir la ban...

El proyecto de Presupuesto de Inversiones del Sector Público No Financiero, que asciende a más de B/.3.8 mil millones sin incluir la banca estatal, debe estimular muchos cuestionamientos en la opinión pública. Le corresponde a la Asamblea Nacional desempeñar con plena responsabilidad una de sus más importantes funciones, cual es la de escudriñar y formular todas las preguntas necesarias para aclarar las intenciones, la factibilidad y la forma como este peldaño encaja en la ruta de cinco años que se fijó el Ejecutivo. El telón de fondo es el Plan Estratégico de Gobierno que incluye un Plan Indicativo de Inversiones 2010—2014 por un total de B/.13.6 mil millones, anunciado por el gobierno, como se lo exige una ley aprobada por la Asamblea del periodo 2004—2009.

Muchos aspectos llaman la atención, pero solo podemos referirnos a algunos de ellos, a título de ilustración.

En primer lugar, comparando el total de las inversiones presupuestadas durante los cinco años del gobierno anterior —B/.4.0 mil millones— con el total presupuestado en solo dos años del actual gobierno —B/.3.9 mil millones— se observa una pequeña diferencia de apenas B/.100 millones. Traducido en términos del esfuerzo de ejecución requerido, el actual equipo de gobierno deberá haber producido en dos años lo que el anterior intentó en cinco.

En segundo lugar, se aprecia que las inversiones se concentran en el Ministerio de Obras Públicas, al cual se le destinarán B/.700 millones, cifra que más que duplica lo presupuestado para el presente año —B/.333 millones— y muy cercana a la programada por el anterior gobierno durante sus dos últimos años de gestión juntos —B/.306 millones para el 2008 y B/.452 millones para el 2009.

Por su lado, los montos asignados a los ministerios de la Presidencia, Salud y Vivienda —B/.664 millones, B/.174 millones y B/.81 millones, respectivamente— parecen ser consecuentes con las obras del Metro y del fortalecimiento de programas de salud ambiental y nutricional, y de construcción de viviendas populares. En contraste, llama la atención la reducción de recursos asignados a los ministerios de Educación y Desarrollo Agropecuario que, entre los dos, recibirían B/.31 millones menos que en la actual vigencia; aunque, de otro lado, se aumentarían en más de B/.50 millones los fondos destinados al IFARHU.

No se puede dejar de lado ciertos proyectos ‘llave en mano’ incluidos en la presentación del Presupuesto, pero cuyos montos ni se contabilizan, ni se suman. Se trata del reordenamiento vial de la capital, la Ciudad de las Artes, ocho mercados de la Cadena de Frío, y la construcción y rehabilitación de cinco hospitales —Metetí, Anita Moreno, Amador Guerrero, Chicho Fábrega y Bugaba. En términos populares, llave en mano significa ‘diséñalo, constrúyelo y fináncialo con tu plata ahora, que yo te lo pago después’.

Estamos conscientes de que una cosa es lo presupuestado —que solo representa intenciones a principios de año— y otra es lo que resulte efectivamente ejecutado a final del año. Es evidente que las cifras delatan proyectos ambiciosos que pondrán a prueba la capacidad de ejecución del equipo de gobierno, capacidad que ha sido cuestionada reiteradamente por el propio jefe del Ejecutivo, al considerar muy poco satisfactorio el nivel de ejecución de algunos programas del actual ejercicio fiscal.

Resulta obvio que la intención de este gobierno, al igual que los anteriores, es poder cosechar frutos políticos al final de su gestión y cuenta para ello con lograr completar todas las obras antes de las elecciones del 2014. Pero debe evitar, como ya sucedió, sacrificar calidad por el apuro de inaugurar obras incompletas como sucedió con un Puente Centenario sin autopista de acceso o una Cinta Costera aún no terminada. Ojalá el gobierno no sacrifique la calidad de las obras por la prisa de inaugurarlas antes de tiempo. Recordemos, en buen italiano, que ‘chi va piano va lontano’. Los contribuyentes nos merecemos esa consideración y mucho respeto.

*EX DIPUTADA DE LA REPÚBLICA.

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