• 23/01/2021 00:00

Diagnóstico y atención del cáncer de pulmón en pandemia

“A pesar de los retos que presenta la pandemia, […]. Es vital que las personas puedan identificar […] los signos y que no esperen para comunicarse con su médico”

El cáncer de pulmón es de los tumores más prevalentes y letales en el mundo; cobra la vida de 1.8 millones de personas cada año, por encima de los cánceres de mama, colorrectal y de próstata juntos. Otra de las características de este tipo de cáncer es que, además de ser agresivo, es complejo de diagnosticar, ya que sus síntomas se confunden con otros padecimientos, y la pandemia causada por la COVID-19 afecta, directamente, el diagnóstico temprano de esta enfermedad por la confusión de síntomas que se puede generar de otros padecimientos respiratorios.

Cuando se trata de cáncer y, especialmente de cáncer de pulmón, un diagnóstico y tratamiento tempranos son vitales para la supervivencia. Por ende, es importante informar a la población de las causas de la enfermedad, como lo son el fumado activo o pasivo, la contaminación del aire en el medio ambiente y el hogar (humo de madera), la emisión de gas radón doméstico, la presencia de arsénico en el agua, la radioterapia o causas genéticas, como tener antecedentes familiares de este tipo de cáncer.

También es importante que las personas aprendan a identificar los síntomas de este padecimiento porque, aunque el cáncer de pulmón en su fase temprana puede ser asintomático, frecuentemente puede presentar síntomas como tos persistente, falta de aliento, dolor al respirar y toser, pérdida de apetito y peso, tos con flema (esputo) y señales de sangre.

Es de vital importancia instar a los médicos de primera línea de consulta a detectar la sintomatología que puede estar relacionada con esta enfermedad, aunque se trate de un paciente joven, que nunca ha fumado, que hace deporte; ya que el cáncer de pulmón puede responder a causas genéticas, entre otras, y no solo a los estigmas que tenemos sobre esta enfermedad. De hecho, del 10 al 25 % de los casos no están relacionados con el tabaco.

En Panamá, se proyecta que, en 2040, aproximadamente, 961 personas serán diagnosticadas con este tipo de tumor y en el mundo 3,3 millones, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, esta enfermedad se mantiene como la primera causa de mortalidad por cáncer en América Latina y el Caribe.

Entre los desafíos para combatir el cáncer de pulmón que han tomado mayor fuerza a raíz de la pandemia, se encuentran la dificultad del diagnóstico temprano, ya que los pacientes visitan menos los centros de atención médica, porque temen contraer COVID-19; en materia de tratamiento, muchas cirugías se vieron afectadas y demoradas y algunos pacientes tuvieron que cambiar de medicamento, debido a las restricciones de cierre y abastecimiento.

Estos retos se convierten en guías para ampliar la cobertura y desarrollo de un sistema de apoyo, que permita diagnosticar y controlar el impacto de la COVID-19 en las personas que contraen el virus y que padecen este tumor. La tecnología y la telemedicina se han convertido en aliadas para hacer un seguimiento virtual y obtener un diagnóstico o una derivación sin riesgos.

De igual manera, es importante ofrecer un mejor soporte en el hogar con centros de infusión e insumos móviles, así como una participación más flexible en los ensayos clínicos para los pacientes y la ampliación de la colaboración con las empresas de tecnología y la telesalud.

También, necesitamos asegurar la continuidad de investigación médica para ayudar a las personas afectadas por esta enfermedad y potenciar áreas como la medicina personalizada y la identificación de nuevos y mejores tratamientos para cada paciente.

Actualmente, existe una comprensión mucho mayor de lo que ocurre en las células de cáncer de pulmón, cómo el sistema inmunológico influye en este tipo de tumores y cómo actuar sobre los distintos tipos de cáncer y sus particularidades en cada paciente en términos de diagnóstico y desarrollo de tratamientos especializados.

Las pruebas genómicas y los diagnósticos avanzados por medio de la biopsia y análisis han permitido identificar biomarcadores o mutaciones específicas presentes en los tumores que nos ayudan a comprender que existen distintos tipos de cáncer y genes que favorecen su desarrollo, de manera que cada paciente es diferente. Estas pruebas posibilitan identificar patrones de comportamiento de una enfermedad en pacientes y grupos de poblaciones para aplicar una mejor terapia y obtener mejores resultados que con otros tratamientos usados en el pasado. El mayor progreso, hasta el momento, se da en la oncología y el campo de las enfermedades raras.

Hoy, se puede estratificar y desarrollar nuevos medicamentos por medio de la medicina personalizada. Las terapias dirigidas, usadas solas o en combinación con otros tratamientos, están ayudando a detener el crecimiento y la metástasis de las células cancerosas de pulmón. Por ejemplo, la inmunoterapia sigue mostrando un enorme potencial al aprovechar el poder del sistema inmunológico para identificar y destruir las células cancerosas, prolongando la vida de los pacientes con enfermedad metastásica en cinco años en adelante, más que con los tratamientos estándar.

Las nuevas posibilidades están cambiando las perspectivas y los pronósticos, incluso en el ámbito de las enfermedades transmisibles. Las herramientas personalizadas están ayudando en la lucha contra diversas enfermedades, así como contra la más reciente: la COVID-19.

A pesar de los retos que presenta la pandemia, ahora más que nunca es fundamental que el progreso logrado no se vea comprometido y asegurarnos de enfocar nuestros esfuerzos en eliminar las barreras para el diagnóstico, las pruebas y el tratamiento del cáncer de pulmón. Es vital que las personas puedan identificar con seguridad los signos y que no esperen para comunicarse con su médico.

Vivimos en una época sin precedentes y no podemos estar seguros de cuánto tiempo la pandemia seguirá afectándonos a todos. Por eso, trabajar en conjunto con todas las partes interesadas es clave para abordar los desafíos, mediante la creación de soluciones de atención flexibles, integradas y personalizadas.

Médica oncóloga.
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