• 24/05/2021 00:00

Disco rayado

“No podemos corregir un mal y pensar que la salud de la Nación mejorará. Es un asunto integral y la discusión y las propuestas deben ser en ese sentido”

Ya me dirán que parezco “disco rayado”, un término que pocos de la generación de hoy entenderán, ya que desconocen de dónde proviene y, además, sus necesidades musicales las obtienen de nuevas plataformas tecnológicas. Lo dejo aquí, para que investiguen con sus adultos cercanos. Está ligado a “Johnny Aguja”, un término relacionado de alguna manera al primero. Pero no hay de otra, voy a repetir mi principal argumento sobre la situación del país y los que pretenden avanzar sin atender el tema de la corrupción: NO SE PUEDE, si no discutimos y establecemos los fundamentos necesarios para acabar con la burla y que haya un sistema judicial justo y certero.

Cada vez que pretendo no ser repetitivo, llamar la atención sobre esa necesidad, sale otro evento que hace necesario recalcarlo. Lo que se supone sobre la Lotería Nacional de Beneficencia y los actos de corrupción que se vienen dando desde quién sabe cuándo, es otro ejemplo de la necesidad de ponernos serios y tomar acción. Tan necesario que (bien o no) cada nuevo evento se convierte más en un chiste, motivo de memes y burlas, indignaciones pasajeras a la espera de que se destape el siguiente suceso.

Los medios de comunicación no ayudan. Se están convirtiendo en enemigos de las posibilidades correctivas. Tampoco ayuda la falta de una visión compartida de todos los sectores que, de una u otra forma, pueden aunar esfuerzos en la búsqueda de soluciones.

El esfuerzo es de todos los sectores que creen que podemos aspirar a un mejor país y, por consiguiente, una mejor sociedad. Debe comenzar por erradicar el denominador común, la corrupción, castigar a los corruptos y recuperar los dineros robados, que expertos señalan entre los 5 y 15 mil millones de balboas. No podemos seguir planificando la construcción de una casa cuando los maleantes del barrio se han robado los materiales, andan por allí como si nada y son parte de nuestros clubes y asociaciones.

Invertir lo recuperado en las deficiencias que nos amenazan y solo cuando se haga eso, podemos exigirle responsabilidad al ciudadano que va y viene todos los días en el Metro bus o que no recibe agua en su residencia. Para ser más claros, el dinero aquí se lo han robado y muy mal podemos dejar eso en el olvido y tratar de seguir hacia delante.

En la opinión pública están los temas relacionados a la Caja de Seguro Social (CSS) y el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), las deficiencias que han quedado en evidencia en el sector salud con razón de la pandemia y, para no darle muchas vueltas, no creo que es a través de las redes sociales que problemas tan serios debe descurtirse. Algunos dirán que eso no es así; pero lo cierto es que ya se vuelve costumbre que varios analistas y formadores de opinión se apoyen en los dimes y diretes (particularmente en Twitter) para formar o provocar opinión sobre este y otros asuntos.

Para estar saludable es bueno seguir las recomendaciones de los médicos que sugieren debemos hacer varias cosas: mejorar la dieta, hacer ejercicios, bajar de peso, descansar las horas necesarias, dejar o moderar los vicios (cigarrillos, licor), etc. Este país necesita hacer varias cosas para una mejor salud institucional y ciudadana. Lo del Idaan y la CSS está siendo discutido a la par de las preocupaciones sobre la educación, la corrupción, el tráfico de influencias, el mal uso de los recursos de todos por funcionarios incompetentes. No podemos corregir un mal y pensar que la salud de la Nación mejorará. Es un asunto integral y la discusión y las propuestas deben ser en ese sentido.

Hay un número importante de otros asuntos tratando de ocurrir, “tratando” es la clave del dicho. Mejor representación en el escenario deportivo internacional, una mejor sinfónica nacional, apoyo oficial para facilitar la presentación de nuestra literatura en círculos internacionales y la investigación científica, solo por mencionar algunos. Pero en eso no estamos.

No quiero dejar la sensación de rechazo total a los esfuerzos de planificación hacia futuro que las llamadas mesas de diálogo y demás ofrecen. Los resultados deben servir para iniciar las nuevas etapas de desarrollo. Pero no podemos poner el burro detrás de la carreta (otro de esos dichos del pasado), hay que acabar con la corrupción.

Comunicador
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