• 25/05/2021 00:00

Papa Francisco: ¿y los 50 años de la desaparición de Héctor?

“Francisco: Por favor, no se te olvide y recuérdale a monseñor Ulloa que hay que empezar a organizar un GRAN EVENTO para recordar la desaparición de Héctor hace cincuenta años, y declararlo MÁRTIR Y SANTO de la Iglesia católica”

Querido Francisco:

El 9 de junio de 2021 se cumplen 50 años del secuestro, tortura y tiro de gracia a Héctor Gallego. Todo esto durante la era del dictador de Panamá, Omar Torrijos. ¿Recuerdas mi carta del 9 de julio de 2018, donde te envié un SOS para Héctor, porque conocía de tu presencia en Panamá para la Jornada Mundial de la Juventud, donde estuve junto a los que vivimos en este país, en busca de una esperanza espiritual y salimos a las calles a darte el saludo de respeto y admiración, ya que abrigaba la esperanza de que ese día le dirías al mundo que El Vaticano declaraba “Mártir y Santo de la Iglesia católica a Héctor”? No lo hiciste quizás por dos razones: se te olvidó de la emoción de estar en Panamá, como se vio cuando diste la bendición a un joven chorrerano que fue levantado con todo y silla de ruedas y tu sonrisa al mirarlo nos llenó de emoción al inicio de tu paseo en el PapaMóvil en la vía España por las calles de Panamá o monseñor Ulloa no te lo recordó. Pero eso ya pasó. Lo curioso que veo es que no hay ninguna clase de movimiento de parte de la Iglesia católica de Panamá ni de monseñor Ulloa para algún tipo de conmemoración de los cincuenta años, para lo cual quedan veintidós días y curiosamente, ni la Iglesia ni el Gobierno de Panamá ni el Gobierno de Colombia han dicho algo. ¿Por qué Colombia guarda silencio?

Para que veas, muchos seguimos buscando a Héctor, a pesar de que siempre advirtió en Santa Fe: “Si desaparezco, no me busquen, sigan la lucha”, pero decidí no hacerle caso a Héctor; así como muchos otros que siguen buscándolo, en especial los campesinos de Santa Fe, donde todos, cuando hablan de Héctor, pareciera que está presente, porque es común que digan: “Dice Héctor”.

Y para que veas, mi querido Francisco, al entonces presidente Santos de Colombia, le envié un mensaje por Twitter, del siguiente tenor: “… “El 9/6/1971 fue secuestrado y desaparecido el cura colombiano Héctor Gallego en Panamá. Tengo años buscándolo. Ayude a encontrarlo …”. Después, el 9 de junio de 2016 al entonces presidente Juan Manuel Santos, también como a ti, mi querido Francisco, le escribí un artículo en La Estrella de Panamá, “¿Héctor Gallego olvidado por Colombia?”. Pero ves, Colombia se ha olvidado de Héctor. Es verdad, Colombia no puede intervenir en una investigación penal en Panamá, pero, de Gobierno a Gobierno, ellos pueden cooperar, pero por lo vistos sigue el silencio de Colombia. ¿Por qué será? En agosto de 2019, en la Feria del Libro que se celebró en Panamá, coincidí de manera casual con el embajador de nuestra vecina Colombia, S. E. Eduardo Burgos, con quien conversé y quedó sorprendido al conocer del tema del padre Gallego. Unos hablan del silencio en no exigir respuesta a Panamá, es por el Tratado de Montería, no me consta, pero estoy por creerlo.

Un breve análisis desde el secuestro de Héctor hasta que fueron encontrados seis restos en fosas comunes en el Cuartel de Los Pumas de Tocumen el 21 de diciembre de 2000, donde fueron identificados los cuerpos de Heliodoro Portugal y Ever Quintanar, nos lleva a concluir que hay que hacer un análisis pieza por pieza, de cada uno de los restos, inclusive los de los que fueron identificados. O seguir excavando en el Cuartel de Tocumen. Ya se exhumaron los restos que se dijo correspondían a Heliodoro Portugal, pero no se sabe más nada.

Una pieza clave que puede ayudar a develar este secreto para encontrar los restos de Gallego es Manuel Antonio Noriega, aunque oficialmente dicen que murió. Noriega, en las pocas veces que ha hablado del tema de Gallego, ha sido para dejar entrever que él no fue responsable.

Melbourne Walker, en una carta al padre Fernando Guardia, decía que Noriega le había dicho que todo el Estado Mayor había decidido sacar a Gallego del país y además dijo que, cuando vigiló a Gallego, él pasó esa información a los Macho de Monte de la Guardia Nacional, cuyo jefe maximo era Omar Torrijos, comandados por Edilberto Del Cid y Juan González. Otros agregan al Flaco Espinoza. Cosa extraña, pero en el expediente no aparece ninguna investigación de esa carta y resulta lógico preguntarse ¿por qué el entonces fiscal Carlos Augusto Herrera no investigó este importante documento para dar con la verdad? “Gallego fue transportado vivo a Panamá y lo dejaron bajo custodia de unos miembros del G-2, en la casa de Bella Vista, que está a un costado del colegio María Inmaculada”. Esta es la famosa “Charquita”. Todos los que estaban en la Charquita venían de Chiriquí. Noriega le dijo algo al padre Leo Mahon: “Padre, algún día se va a levantar la piedra y seguro allí estará la culebra, pero no van a poder decir que era Noriega”.

Francisco: Por favor, no se te olvide y recuérdale a monseñor Ulloa que hay que empezar a organizar un GRAN EVENTO para recordar la desaparición de Héctor hace cincuenta años, y declararlo MÁRTIR Y SANTO de la Iglesia católica.

Exinvestigador de la Comisión de la Verdad.
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