• 13/08/2021 00:00

La COVID-19 en cifras: la crisis económica que debemos combatir

“No se puede, […], esperar que un solo sector florezca, […], la reactivación de nuestra economía debe darse […], en todos los sectores, y utilizar el dinero prestado para generar empleos y proyectos, […]

La definición de “crisis económica” es un periodo en donde la economía de un país afronta dificultades por un tiempo prolongado y además es un ciclo económico en el que ocurre un decrecimiento muy considerable en la economía. La crisis es un periodo intermedio entre la recesión y la depresión económica.

Para el año 2019, el producto interno bruto o PIB, el cual viene a ser la suma de todos los bienes y servicios finales que produce un país durante un periodo determinado, en este caso un año, para la mencionada fecha, oscilaba en B/.43 061.1 millones. Todo esto expuesto por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo de la Contraloría, conocido por sus siglas, INEC. Además, se expone por la categoría de actividad económica, sea, por ejemplo, el sector de la construcción, el sector del comercio al por mayor y al por menor. Los servicios de educación privada habían tenido un 1.7 % de aumento positivo hasta llegar al 2.4 %. E inclusive el sector de hogares privados con servicio doméstico había aumentado 11.7 %, es decir, casi un 12 %.

La tasa de desempleo en el 2019 era del 5.8 %, según los datos del INEC. Así el panorama, siendo la economía panameña una de las más representativas de Centroamérica y el Caribe, según los datos del Banco Mundial, para esa fecha con una tasa del 3.5 % y una proyección para el 2020 del 4.2 % al 4.8 % de crecimiento.

Ahora, estas positivas perspectivas se vinieron abajo de plano, en el 2020, con la aparición de la pandemia del coronavirus o COVID-19 en marzo del mencionado año, porque fue el 25 de marzo que se decretó la primera cuarentena. Desde ese momento la economía del país y de cada hogar y de cada panameño se convirtió en una lucha por sobrevivir a diario, hasta la actualidad.

La pandemia, para nuestro país, conllevó de primer plano a mostrar la desigualdad social que es abismal, la desigualdad en oportunidades y la ineficacia de la empoderación de nuevos negocios, debido a que la economía panameña está centrada en el sector terciario, es decir, las actividades de servicios. También hay que considerar el aporte por género a cada actividad, como la capacidad misma de cada empresa privada de sostenerse en la productividad sin los trabajadores y el financiamiento adecuado a sus actividades.

Por ejemplo, en el campo de la hotelería y el comercio al por mayor y al por menor, así como en el sector de hogares privados con servicio doméstico, la pandemia los truncó. Las mujeres sufrieron de inmediato el colapso de sus fuentes de ingreso, porque esos sectores representan el 50 % de la fuerza laboral del país. Ni habla del sector financiero, en donde la fuerza laboral de las mujeres representa el 60 %.

Este es uno de varios aspectos a considerar para una reactivación de la economía panameña; por ende, debe crearse un plan efectivo que no se sustente tan solo en las ayudas económicas a estos hogares, que son necesarias, pero no suficientes.

Para el periodo de la Gran Depresión en EUA, de los años 30 del siglo XX, lo que se hizo fue un plan basado en la construcción de grandes obras, que generó y multiplicó varios servicios. En nuestro caso, debemos considerar, por ejemplo, que la construcción de la Línea 3 del Metro de Panamá ayudaría bastante a la creación de empleos, que hoy sabemos iniciará la etapa de la construcción de pilares de las vías, lo cual es muy bien recibido por la sociedad.

También hay que evitar, a toda costa, que con la pandemia de la COVID-19 otra pandemia a nivel global nos hunda más, y con ello me refiero a la corrupción. El gobernante del Estado panameño debe asegurar que todos sus proyectos estén dirigidos a mantener a flote nuestra economía y no sirva de pretexto para quienes quieren pescar en río revuelto. No solo es un engaño a la comunidad, sino a todas las instituciones internacionales en donde Panamá ha obtenido los préstamos para paliar de alguna manera esta pandemia de la COVID-19.

Por ello, debemos pensar que nuestra economía no crecerá de forma rauda o velos, más bien es una carrera de resistencia, y lo que debemos hacer es mantener, reitero, mantener nuestra economía a flote, utilizando proyectos que puedan crear empleos, poner fin a los contratos suspendidos, seguir con la vacunación, permitir que el sector turismo sobreviva, abaratar impuestos y precios para el sector de la construcción en lo referente a los materiales, permitir un tiempo más amplio para el pago de las deudas de préstamos personales, sea con abonos a los mismos, con compromisos justos, porque todos los sectores de nuestra economía se necesitan mutuamente.

No se puede, y lo digo como panameño, esperar que un solo sector florezca, en detrimento de los demás, la reactivación de nuestra economía debe darse en todos los campos, en todos los sectores, y utilizar el dinero prestado para generar empleos y proyectos, pero, sobre todo, evitar que la corrupción y la falsa piedad se apodere de esta reactivación y beneficie solo a unos pocos y no a la mayoría de la fuerza laboral de nuestro país.

Dios los bendiga…

Magister en Economía.
Lo Nuevo