• 21/10/2021 00:00

La gran traición sin traidor

“El documento que trajeron como “Acta de Independencia”, fue hecho por Bolívar, y no de la pluma de un honorable patriota, ilustre educador y diplomático, como alegan engañosamente. Lo desenmascara su burda redacción […]”

¿Qué importancia tiene un “Acta de Independencia”? Toda, es el documento político más importante de la historia patria, marca el punto de partida del constitucionalismo republicano; el nacimiento de una nueva República Autónoma. Su Junta de Gobierno será la única, con poder legítimo, para actuar a nombre del Estado y pueblo que representa. - De lo contrario, no habría independencia, no se forma nada; por el contrario, se crea un limbo jurídico, sin soberanía, y carente de autoridad, como fue el insólito caso de Panamá, nunca visto en el mundo. - Aunque la historia no lo señala, esto fue elaborado y ejecutado por Simón Bolívar, el único interesado de que esto sucediera. ¿Por qué? Porque ya él lo había decidido, desde hacía mucho tiempo atrás: que Panamá iba a ser parte integral de su proyecto de la Gran Colombia, pero nos traicionó en su forma de hacerlo. - Él debió utilizar el Acta de Independencia para formar una República Autónoma, la que luego se adjuntaría a su proyecto. Pero no, lo que hizo fue una descarada invasión, nos volvió parte territorial a su proyecto; lo que vamos a demostrar aquí. ¡Increíble! - Ya es hora de dejar de enfocarnos en una foto, y dejar pasar el resto de la película para analizar la verdadera historia patria.

Bajo este atópico escenario, los cronistas de la época, colombianos todos, formaron escenarios fantasiosos para mostrar que la inusual transición de colonia española a departamento colombiano, sin pasar por república, no era una invasión. Afirman que lo sucedido fue porque el propio pueblo de Panamá pidió voluntariamente unirse a la Colombia de Bolívar. ¡Mentira!, esas historietas han sido repetidas tantas veces, generación tras generación, que han logrado anclarse como verídicas. Analicemos algo de lo más trascendental.

El documento que trajeron como “Acta de Independencia”, fue hecho por Bolívar, y no de la pluma de un honorable patriota, ilustre educador y diplomático, como alegan engañosamente. Lo desenmascara su burda redacción, carente de protocolo, nombres y detalles e información del Istmo; ¡y lo más horrible!, escrita en papel membrete con los “Escudos e Insignias del Estado Republicano de la Colombia de Bolívar”. ¡Indignante! ¡Increíble! O sea, ya éramos colombianos antes de saberlo. ¿Cómo así? - Lo que se había traído era un “Manifiesto Revolucionario”, redactado en doce artículos y titulado: “ACTA DE INDEPENDENCIA DEL ISTMO DE PANAMÁ”, (hasta se le pasó agregarle el “DE ESPAÑA”). - Cuyo propósito era, obviamente, el de notificarnos, oficialmente, que, a partir de este momento, éramos colombianos para la eternidad. Como lo recalca descaradamente, alto y claro, el segundo artículo que dice: “El territorio de las Provincias del Istmo pertenece al Estado Republicano de Colombia…”. ¿Cómo así que “pertenece”? ¿Dónde queda aquí lo de “Unión Voluntaria”? ¡Ilógico! Esto no lo aceptaría ningún panameño. ¡Wao! Sigamos…

La historia la redactan con escenarios simples que señalan un conjunto de acontecimientos y nombres, prestando una desmesurada atención a las anécdotas más insignificantes; y obviando, por otro lado, los significativos hechos que marcaron la verdadera historia patria. Formaron valientes mitos para engrandar nuestro ego y hacernos sentir bien y valerosos; logrando así pasar agachada la descarada invasión que se había perpetrado. - Empecemos por analizar el del “Grito de Independencia” del 10 de noviembre. La verdad fue que este fue el grito de una sirvienta que, al entrar a trabajar al cuartel, vio que las tropas se habían ido (cierto, se habían ido al Ecuador a lo que fue su última batalla contra Simón Bolívar), y asustada salió a la calle del pequeño pueblo, gritando: “¡SE HAN IDO! ¡SE HAN IDO!”. - Este grito, fue hábilmente reingenierizado como un “levantamiento en armas”, un furioso “Grito de Independencia” contra la ocupación española; con quienes manteníamos una muy cordial relación. Incoherente asociación de hechos.

Seguimos con los 18 días subsiguientes hasta el 28 de noviembre. Tenían que mostrar que este supuesto levantamiento en armas, mientras llegaba, a escondidas desde Colombia, la llamada Acta de Independencia, la supuesta eufórica determinación independentista, seguía creciendo y esparciéndose entre los otros pueblos, lo que es falso. - Es decir, estos querían mostrar que la decisión de independizarse de España era popular; sin embargo, durante esa época era imposible vincular a los pueblos con las decisiones políticas, y mucho menos, estaban preparados o motivados para participar en contra del Reino de España, a quienes apreciábamos. - Lo curioso es que las historietas se enfocan hacia la independencia de España, pero que, sorpresivamente, ¡ups!, al final resultó ser una disimulada invasión colombiana al territorio panameño, a perpetuidad. Así, hay muchos otros hechos manipulados para encubrir al traidor, pero los hechos lo señalan. Imposible esconder a Simón Bolívar de lo sucedido con nuestra Acta de Independencia.

Entonces, ¿cómo fue que logramos salir de esta tormentosa pesadilla? Bueno, eso es tema para otra ocasión. Adelanto que, tras 82 años trascurridos de este secuestro, apareció en 1903, un señor llamado Teodoro Roosevelt, presidente de los EE. UU., que quería construir un canal interoceánico, nos dio un espaldarazo, y la perpetuidad terminó automáticamente. “Prohibido ver lo evidente”.

Exembajador en la Federación de Rusia.
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