• 21/01/2022 00:00

Valores, huellas y ambiente laboral

“El que actúa con ética, puede elegir entre realizar algo correcto y bueno, malo o incorrecto, […]”

La reciente difusión de un video de contenido sexual por las redes sociales de una entidad estatal disparó críticas que fueron subiendo de tono, y no faltó alguno que soltara la frase “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”.

Y es que lo ocurrido guarda relación con algunos tipos de situaciones que se presentan en TV y el cine, del romance en la oficina, del flirteo, entre compañeros de trabajo usualmente consentido por las personas, pero que también, puede concretar un acoso, cuando es realizado, generalmente, por un hombre en contra de una mujer como, en la película “El escándalo”, porque a las personas se les olvida que hay que mantener un comportamiento íntegro y de respeto en un ambiente laboral.

Y lo anterior, ha tenido un impacto a nivel institucional, individual y en la sociedad, porque pone sobre la mesa lo que ya todos sabemos, que hay una crisis de valores, y que cada vez más estamos cayendo en “malos hábitos”, pues lo sucedido ha causado asombro, quizás porque se hizo viral en las redes, pero que, lamentablemente, no es extraño en ningún tipo de sociedad, pues, aunque existan prohibiciones de confraternizar a nivel público o privado, el peor daño lo causa el silencio cómplice, que contamina moralmente y desvirtúa el principio de que para vivir en una sociedad se exige una conducta correcta con valores de respeto, honestidad, lealtad y integridad, entre otros.

El que actúa con ética, puede elegir entre realizar algo correcto y bueno, malo o incorrecto, es una persona auténtica, que tiene objetivos claros y considera las consecuencias de su actuación. Sin embargo, ese comportamiento apropiado se construye en la familia en la infancia, aunque puede cambiarse influenciado por los amigos, la presión social, la moda, la propaganda o cualquier otro motivo.

Esos valores éticos imponen una regla absoluta de lo que se debe hacer, pero también hay valores morales que impone la sociedad de acuerdo con la costumbre social que deben cumplirse, como son no robar, no recibir sobornos, no mentir, no tener relaciones sexuales en el lugar de trabajo. Hay un refrán que dice “Tus valores son como las huellas dactilares. Las de ninguna persona son iguales, pero las dejas sobre todo lo que haces”.

¿Consecuencias? Claro que sí, las opiniones no han faltado, lo primero que salta es la desaprobación social, y los efectos a nivel individual, y sumado a ello está el ámbito institucional, que, en Panamá, hace referencia a principios morales y éticos que deben observarse en el desempeño de las funciones públicas, que pueden acarrear el despido.

Y en cuanto a responsabilidades penales, hilando todos los detalles, quizás a alguien se le ocurra cuadrarlo con uno o varios tipos penales, aunque por el momento la grabación de las imágenes sin el consentimiento de las personas no es delito en nuestro país, aunque se constituya como un delito contra la intimidad en otros países, que, en este caso, difiere del “Sexting”, porque las parejas consienten en ello.

Solo nos queda referirnos a la desaprobación social en las redes sociales, en la que la peor parte la ha llevado la persona del sexo femenino, de la cual no tengo ninguna vinculación, quizás por el machismo que impera todavía en nuestro país.

Catedrática de Derecho Penal, UP.
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