• 23/05/2022 00:00

Padres, hijos y responsabilidad

Hace algunos años decía que como hijo y padre resulta un tanto difícil decir que un progenitor no sabe en lo que andan sus hijos. Siempre hay excepciones pero, por lo general, uno sabe los caminos que recorren los vástagos.

En la mañana del viernes, el expresidente Ricardo Martinelli escribió en su cuenta de Twitter, citado tal cual: “Nadie ni siente o entiende el dolor de los padres cuando un hijo atraviesa por una situación difícil sea cual fuere. La gran mayoría te alientan y te encomiendan a Dios, que es quien decide todo. Hoy es uno de eso días y su majestad divina nos pone a todos este reto de vida”. Sin embargo, durante la audiencia en la tarde, según informó Adelita Coriat desde Nueva York para La Estrella de Panamá, “Los abogados de los hermanos Martinelli Linares (…) afirmaron que se trató de un caso inusual, ya que sus defendidos actuaron por obligación de su padre, ya que debían recibir el dinero y enviarlo a las cuentas fantasmas”. Cada cual debe decidir a quién le cree.

Hace algunos años decía que como hijo y padre resulta un tanto difícil decir que un progenitor no sabe en lo que andan sus hijos. Siempre hay excepciones pero, por lo general, uno sabe los caminos que recorren los vástagos. De adolecente tenía un buen amigo que decidió ser asaltante. No necesitaba hacer eso. Era de buena familia y por ser el menor, lo consentían, especialmente sus hermanas que ya trabajaban. Pero se metió con la gente equivocada y todos sabíamos a qué se dedicaba hasta el día en que la bala de un policía terminó con su vida. No tenía más de 21 años.

Existe aquella famosa acotación (por cierto del pasado) en relación a las clases sociales populares sobre la madre o padre que ve que su hijo llega a casa con un lápiz, una zapatilla o un aparato electrónico que ellos saben que no le compraron, pero que no preguntan de dónde lo sacó.

Los padres notan cuándo las hijas comienzan a atender más su aspecto físico y por qué lo hacen bajo la influencia de las amiguitas y para llamar la atención de los muchachitos. Generalmente, los cambios en la pubertad no se pueden disimular ni esconder. Ya adultos y casados los cambios de comportamientos también se dan en el seno matrimonial y además suceden, no solo en las clases populares, sino también en todas las esferas sociales.

En la columna escrita hace algunos años por Alma Delia Murrillo en el portal SinEmbargo MX, titulada: “Mujeres cómplices y corruptas”, ella puntualiza que: “…es difícil imaginar, por ejemplo, que una persona, luego de cinco, diez o veinte años casada con otra, no sepa quién es ese ser humano con el que comparte la cama, las mañanas, la crianza de los hijos, las situaciones más pedestres y también las más complejas de la existencia”

Si no fuera por los jóvenes fiscales brasileños que han destapado el caso Odebrecht, las cosas serían como siempre. Es decir, claramente expuesto el corrupto ladrón a lo sumo, en nuestros países latinoamericanos, se autoexilian en alguna ciudad del primer mundo en donde pueden ellos, sus mujeres y familiares gozar de lo robado.

Murrillo, por el mismo tema en México, indignada escribe: “Estas mujeres se refugian en Londres o en bucólico pueblito de Francia, en Miami, se distraen saliendo de compras en Houston y un faraónico etcétera que hace arder la sangre de quien tenga sangre en las venas y comprenda lo indignante que resulta que en un país como este, con más de cincuenta millones de mexicanos en situación de pobreza (patrimonial, extrema, alimentaria); esa dinastía de políticos saqueadores y ladrones, luego de hacer sus cuentas, calculen que salen ganando, incluso si se entregan o se dejan atrapar pues, de cualquier manera, después de diez o quince años estarán libres y sus familias disfrutarán de una fortuna asegurada por generaciones”.

En todo caso por más perdón y disculpas que hayan expresado durante la audiencia condenatoria el pasado viernes, dentro de algunos años, para como somos, todo volverá a la normalidad para ellos y los 13 meses que faltan de encierro para cada uno son la antesala a un futuro placentero.

Siempre se dice que los abogados hablan por sus clientes y con lo declarado por los abogados de los hermanos responsabilizando a su padre, parece que la saga continuará por esa vía. Lo que nos queda como ciudadanos es sacudirnos la rabia y ver como echamos este país hacia adelante.

Comunicador social
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