• 13/07/2022 00:00

Medicamentos solidarios

Pareciera que la transición de no hay medicamentos al si hay medicamentos se producirá en forma mágica con el programa de medicamentos solidarios, cuando ha sido una propuesta de la actual administración, que aún no ha sido resuelta.

Pareciera que la transición de no hay medicamentos al si hay medicamentos se producirá en forma mágica con el programa de medicamentos solidarios, cuando ha sido una propuesta de la actual administración, que aún no ha sido resuelta.

El tema de fondo no se resuelve con esta propuesta, porque lo medular es que podamos tener los medicamentos en las farmacias a disponibilidad de los asegurados y esto no logra ese objetivo.

Independiente de las bondades de Medicamentos Solidarios, que en efecto las tiene, el segmento de la población beneficiada, cuando no tenga que comprar a su costo los medicamentos, se sentirá atendida, no obstante, podemos decir que estas medidas se apartan de los principios de la seguridad social, que debe caracterizar todas las acciones de la CSS.

No se cumple con el principio de la universalidad, porque los beneficiarios serían muy pocos y no tiene cobertura para todos los asegurados. Aunque el nombre del programa es solidario, no hay solidaridad, porque tendríamos que preguntarnos si los recursos invertidos están dirigidos a los más necesitados, que residen en sectores donde no llega el programa.

No hay integralidad, cuando las prestaciones otorgadas no cubren las necesidades del asegurado, la mayoría de la población debe continuar comprando sus medicamentos, mientras no estén incluidos en medicamentos solidarios

No hay equidad, cuando un minúsculo grupo de personas recibirán estos beneficios y otros deberán seguir comprando sus medicamentos, como tampoco hay subsidiaridad, ya que los que tengamos que comprar medicamentos, no recibiremos ningún tipo de subsidio.

Estos principios, además de ser universales, están en la ley 51 de la CSS y la Junta Directiva debe velar porque estos principios se cumplan, porque estos son los que han de garantizar los objetivos de la institución.

Además de no cumplir con los principios, este plan piloto nos puede llevar a resultados impredecibles, porque si este experimento funciona, se podría ampliar a más medicamentos y farmacias, que podría mejorar la eficacia en el abastecimiento de los medicamentos, pero si no hay eficiencia, con el tiempo no habrá recursos para sostener el sistema y entraríamos en crisis.

No podrá existir una empresa privada que pueda comprar a mejores precios que el Estado, de manera que la adquisición de medicamentos en farmacias privadas, comporta un incremento de costos, que lo pagamos con nuestros impuestos, pero que es muy fácil identificar los beneficiarios finales de estas medidas.

En una relación de ganar y ganar, las partes negocian cuando suman a las ventajas competitivas de ambas partes, pero en este caso, observamos que gana la empresa privada, quien tendrá un flujo de ingresos, los inventarios tendrán mejor movilización, mientras que la CSS será un perdedor, porque se le han de incrementar sus costos y además, le agregamos un paso adicional a los asegurados, que ahora deben desplazarse a donde estén las farmacias que forman parte del programa, lo cual representa un costo adicional en tiempo y dinero.

En países donde los servicios de la seguridad social son prestados por la empresa privada, se ha tomado esa decisión, cuando las instituciones de seguridad social, han llegado a la conclusión, que este sistema disminuye los costos de la institución, que desde luego no es caso de este sistema.

Como ya hemos reiterado que el problema de la CSS es el modelo gerencial, porque ya tenemos la experiencia de la farmacia subrogada y no funcionó y las de las clínicas subrogadas que prestaban servicios de hospitalización, algunas quebraron por falta de pago oportuno de la CSS. Amanecerá y veremos.

Gerente de Servicios de Salud
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