• 24/07/2022 00:00

Ahora nos llaman a la cordura

Y ahora, querámoslo o no, tenemos que ver otro episodio más de la novela preferida de muchos panameños. Lo mismo de siempre: La población maltratada dándose golpes con el gobierno “maltratador”.

Y ahora, querámoslo o no, tenemos que ver otro episodio más de la novela preferida de muchos panameños. Lo mismo de siempre: La población maltratada dándose golpes con el gobierno “maltratador”. Una relación totalmente parasitaria, de nuestra plutocracia disfrazada de democracia fallida. En la que, los derechos ciudadanos llegan hasta donde la explotación social del poder económico lo permita. Parece imposible que cada cinco años, las diferentes administraciones no puedan resolver tan siquiera uno de nuestros problemas primarios: Pobreza, agua, basura, comida, empleo, transporte, educación, salud, seguridad. Aclarando que “resolver” no es pegar parches reaccionando a la presión mediática, ni hacer mega obras forzando un crecimiento especulativo. Esos parches, grandes o pequeños, no tienen sostenibilidad ni adaptación más allá de la administración que los crea.

¿Será posible que cada cinco años votemos por diferentes personas generando los mismos resultados? La historia del “minuto 80” se repite en la política. “Jugamos como nunca y perdemos como siempre”, el clásico: “Robó, pero hizo”. Mentalidad precaria, con luces a corto plazo. Tal vez mucho conformismo popular, indolencia, indefensión aprendida, apatía, abulia, no sé. Yo antes lo llamaba mediocridad y eventualmente corrupción, pero tanta insuficiencia ya no tiene nombre. Vamos para 33 años de habernos quitado la dictadura militar, y siguen los problemas de agua, basura, pobreza, desempleo, etc. Más que torpeza generacional, esto parece “dolo y alevosía”. Administración tras administración obteniendo los mismos resultados: Nada y menos nada (corrupción) ¿Tendrá eso sentido en Panamá? ¿Qué un país tan rico, con menos de cinco millones de habitantes, sea tan paradójicamente pobre?... En definitiva, aquí tienen que haber algunas personas muy interesadas en que nuestro país no se desarrolle.

Ahora que los gremios han salido a luchar por la subida del combustible y la canasta básica, estamos viendo como la mujer maltratada (pueblo) adversa al marido maltratador (poder político). Pero, en un par de años los veremos reconciliarse. Esta vez con un nuevo “enamorado” (candidato) que al final de cuentas la tratará exactamente igual o peor, embarazándola de más problemas sociales. Todo esto bajo la falsa esperanza del “amor”, entiéndase, la democracia fallida en que vivimos. Administración tras administración, se han sucedido gobiernos que promueven un país cada vez más dependiente de la deuda y la comunidad internacional. Con un interior debilitado, que apenas produce para supervivencia. ¿Y las ganancias del Canal, qué?… Nadie sabe, nadie supo. He de suponer que las “esconden”, para que no las malbaraten o roben.

Así como han creado un pueblo dependiente de los gobiernos, nuestros gobiernos se han vuelto patológicamente dependientes de las instituciones financieras internacionales. Su creatividad como promotores del país, es tan precaria y limitada, que nos condena al espectro de una deuda infinita por los siglos de los siglos. Pasando, como si nada, de la casi total insuficiencia, a las excusas internacionales (pandemia, combustible, guerra etc.) Ahora “nos llaman a la cordura y al control” cuando recién ayer bebían fino y celebraban, sin remordimiento ni dolor social alguno.

Ingeniero en sistemas
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