• 12/08/2022 18:09

Manejo de efectos de la primera explosión social

Preocupa la inercia de la academia y de organizaciones del tercer sector, para adelantar alternativas de solución que eviten nuevas explosiones sociales

Como diagnosticado por analistas independientes, la acumulación del descontento ciudadano produjo la primera explosión social de la historia, predicción soslayada por los poderes públicos, económico y nunca prevista por la multitématica Concertacion Nacional para el Desarrollo.

Las sesiones de la Mesa Única del Diálogo para este conflicto, sin precedente, no se desarrollan a puertas cerradas, sino como debe ser, transmitidas como servicio público de SERTV, en la que la Iglesia católica y facilitadores experimentados, colaboran con buena fe y respeto.

Esa cobertura, contrario a detractores, aumenta la comprensión de la ciudadanía del fiasco de las erráticas políticas y alertó al CONEP, que esperó emerger, cuando conoció que en la mesa, se propuso, encauzar la defraudación y evasión fiscal etc., como una alternativa para substituir los subsidios temporales para combustible etc. Procedió a reclamar su inclusión, reiterándola con anuncios pagados y descalificando a la mesa única como “simulacro de diálogo etc.", desempolvando a la Concertación Nacional para el Desarrollo, como sede adecuada para la fase dos, a pesar de que esta no goza de credibilidad, teniendo comisiones de desarrollo económico, agropecuario, salud pública, etc.

Preocupa una eventual anarquía, si pensamos en la declaración unilateral del CONEP de no reconocer los acuerdos que se pacten, el incumplimiento de algunos agentes económicos con ciertos suministros, el incumplimiento de compromisos del Gobierno, la imprecisión de medidas correctivas, la continuación del uso de la deuda púbica para planillas abultadas y gastos fastuosos etc.

Preocupa la inercia de la academia y de organizaciones del tercer sector, para adelantar alternativas de solución que eviten nuevas explosiones sociales, como modelos cuantificados de reducción del despilfarro público, la justicia fiscal, como del ámbito de la Cancillería en recabar, experiencias como la tica, sobre la eliminación de exclusividad de registro de medicamentos, la paraguaya, de rebaja del costo de la canasta básica; contrasta que comentaristas aporten y concentran energías para descalificar ideológicamente a representantes en la mesa única.

La solución total de la explosión social, debe ser, el arteaguas para construir entre todos y sin demoras, una nueva reputación del país, considerado: 1. La amplia cobertura mediática internacional de los orígenes del conflicto, la desconexión de los tres poderes públicos a la explosión social y al despilfarro 2. El laissez faire, laissez passer del Ejecutivo: adjudicando obras no prioritarias, Pandeportes, no publicación del uso de partidas discrecionales, etc., 3. La prensa local puso bajo los reflectores, las opiniones del manejo de la crisis, de expresidentes, exministros y exaltos cargos, —(tal panorámica, permitió a los electores, captar las pocas diferencias de pensamiento y las limitaciones de la oferta tradicional electoral), igual que las opiniones de empresarios, cámaras y comentaristas que sin innovar, se destacaron como defensores del pensamiento único; todos los personajes mencionados, parecían desconectados con la "gravedad" del momento histórico y 4. La eventual eficacia de la próxima etapa dos del diálogo, si recae en una organización especializada que por 14 años, con mesas temáticas no ha tenido impactos ni resonancia y que se abandone la sede del arrinconado interior.

Como la Mesa Única, destacó la problemática de la tributación “local”, —anteriormente criticada someramente en otros ámbitos—, conviene entender, si históricamente, el manejo fiscal local se debe a la “contigüidad” con los servicios offshore. Llama la atención, que desde mucho antes de los Panama Papers, las críticas en el extranjero son punzantes, contra los servicios que vende Panamá para ayudar a contribuyentes y empresas de terceros países en defraudar el fisco, pero al mismo tiempo, los gobiernos de turno solicitan a esos países, cooperación al desarrollo, sin que los panameños que no simpatizamos, con esos servicios del “modelo económico“ nos interese defender.

A nadie sorprende, que la marcada desigualdad en Panamá, está presente en la tributación, que se concentra en los ingresos bajos medios y no en los altos. Resulta risible, los letreros de la DGI, en algunos negocios, —no en consultorios médicos, etc.—, que especifican, se sancionará solo a “los compradores que no lleven facturas … A través de agentes facultados por la DGI”.

En este contexto, los subsidios temporales y fondos que se reasignen de la deuda publica despilfarrados en planillas y gastos superfluos, más los fondos que se recauden a través del Plan Piloto de Fiscalización Digital, no bastarán para substituir subsidios. Procede implementar nuevos instrumentos temibles para que sean eficaces, habría que estudiar esquemas más integrales, como los de la Guardia de Finanzas (GDF), italiana, que aun con su profesionalismo y eficacia, se logra evadir el fisco mediante itinerarios societarios para domiciliarse en países que conocemos.

La Guardia de Finanzas (GDF), es el cuerpo de policía adscrito en el Ministerio de Economía y Finanzas, creada en 1862, que a través de la prevención, investigación y denuncia de evasiones y de violaciones financieras y la vigilancia en el mar, combate la evasión fiscal, el despilfarro del dinero público, fraude tributario, reciclaje del dinero ilícito, despacho y tráfico de sustancias estupefacientes. La Guardia cuenta con su Escuela de Policía Económico Financiera, un núcleo de Policía Tributaria, para mejor tutelar los intereses de la colectividad, tiene proyección internacional y desarrolla programas de cooperación internacional, incluso asigna Oficiales en las grandes Embajadas italianas.

Se teme, por las posiciones antagonistas manifestadas, sean incendiarias en la próxima etapa de la mesa ampliada para no defraudar a la ciudadanía, ahora que se incumplen compromisos y existe desconfianza a una organización sin resonancia en la capital y en el interior.

El norte debe ser, resolver las causas del primer estallido, para evitar que se produzca una segunda explosión social.

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