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- 05/10/2022 00:00
Doble salario
La Constitución Política Nacional establece que todos los panameños son iguales ante la ley y que no habrá fueros ni privilegios, ni tampoco discriminación de ninguna clase. Existe también un principio de que el Estado no puede nombrar a una persona con dos salarios, pagados con fondos del tesoro nacional. Esas reglas definen todo el sistema de nombramientos en la estructura gubernamental.
Algunos fenómenos extraños que se han suscitado durante los últimos años, ponen de manifiesto que aquellos acuerdos constitucionales pasan por un mal momento. Alguna información sobre el desempeño de ciertos alcaldes con la aplicación de la estrategia de descentralización municipal, hacen pensar en que la realidad puede desdibujarse con medidas que se sacan como por arte de birlibirloque.
A pesar del ambiente adverso, se propuso un proyecto de ley para mejorar las entradas de alcaldes y representantes de corregimiento, quienes previo a su elección, tuvieran un desempeño en áreas gubernativas. En un principio, se mantenían aquellos salarios de posiciones anteriores, lo que les daba doble paga, ahora lo que se plantea es que pueden conservar aquel sueldo que sea más alto, siempre y cuando no tengan doble nombramiento.
Es un artilugio, que sin duda será burlado a la larga, porque no existe un organismo que dé seguimiento a estas iniciativas. Si bien y a pesar de que la Constitución lo prohíbe, en el pasado hubo anuencia a que una autoridad conservara los dineros de una “licencia con sueldo”; carta blanca para esta jugarreta, que algunos insisten en defender. La norma que acaba de ser aprobada se constituye en una especie de doblez del principio, sin quebrarlo.
Ciertos defensores de esas pretendidas medidas arguyen que tales beneficios son necesarios por el nivel de trabajo que tienen los “involucrados”. Si bien el espíritu de la Ley 37 de 2009, que descentraliza la administración pública y otras disposiciones, propone una mayor autonomía a los Gobiernos locales, muchos de los municipios no han concebido todavía de qué manera van a desarrollar una gestión más eficaz para sus comunidades.
Han pasado diez años y todavía no existen esfuerzos significativos de un mejoramiento cualitativo en la municipalidad. Lo único sensible, es el aumento de las planillas y otras formas de incremento en los gastos que se asignan a las cabezas de estos estamentos. Todavía no se explica lo que significa desarrollo municipal y las maneras de lograr un sensible crecimiento en ese desempeño que toca a la sociedad civil.
Se espera que avance una serie de pasos para promover el florecimiento de nuevos proyectos que brinden mayores posibilidades de empleo. El tratamiento de desechos es una oportunidad en esta dirección y todavía ninguna alcaldía junto al cuerpo colegiado de munícipes han ideado cómo organizar coherentemente este negocio de reciclaje e incorporar en él a los grupos que buscan espacios.
No se comprende aún el alcance de la economía circular y perspectivas. Además del manejo de la basura, está la producción de abono orgánico y su posterior empleo en la agricultura. Desenvolvimiento eficaz de la porcinocultura y avicultura (y otras: cunicultura, caprinocultura), eliminación de sus residuos: son oportunidades de trabajo en la elaboración de compostaje para lograr productos que, en lugar de ir al basurero, surjan como nuevas opciones.
Ocurre igual con los negocios y nuevas actividades, incluyendo la artesanía y el turismo. ¿De qué manera se conciben ambas en los Gobiernos comunitarios? ¿Hay un programa de formación en emprendimiento y el dominio de otras lenguas? ¿Cuántas ligas deportivas y competencias estimulan las alcaldías? ¿De qué manera la cultura se relaciona con las fiestas patronales para estimular un nuevo tipo de turismo interno y externo y logro de incentivos?
La descentralización no ha sido asimilada en su profundidad; solo, alcances superficiales, personales e incluso perjudiciales para los municipios. Lo peor es su sentido contrario a la Constitución.