• 14/03/2023 00:00

Divergencias políticas del diputado de la AN

“Ese día de votación impera la lógica y raciocinio colectivo por encima de los titulares y comentarios de prensa y televisivos, siempre empañando y tratando de dañar al primer órgano del Estado, al cual represento decorosamente”

Al representar al Circuito 8-5, en la Asamblea Nacional, trato de defender el Poder Legislativo, que, junto al Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, conforman el Estado nacional. Los 71 diputados que conformamos la Asamblea Nacional fuimos electos por votación popular directa para un período de cinco años. Cada diputado y su suplente representan los 39 circuitos electorales. Estamos allí para aprobar o derogar leyes, que garanticen un mejor funcionamiento del país. Representamos los distintos partidos políticos que fundamentan nuestra democracia.

Como sabemos, la política es una ciencia social, cuyo fin es relucir y acompañar la organización de las personas en la sociedad, el político es el que ejerce esta ciencia. Según las acciones de cada político, su gestión será buena o mala; es decir, para el caso del diputado, si aporta bienestar social, económico y político a la sociedad, atacando los problemas más comunes, será un buen político. Si está por resolver sus intereses personales, si es corrupto, mentiroso y codicioso, será un mal político, por ende, un mal diputado. Entonces la acción política de todos los 71 diputados debe estar encaminada a realizar actividades para los ciudadanos y tener connotación positiva para ellos. Es la más alta actividad que los ciudadanos pueden realizar, pues es en beneficio de todos.

Entendemos que dentro de todas las contradicciones que tiene este mundo globalizado, donde la confrontación entre los líderes económicos por tener el poder hegemónico del mundo, la confrontación bélica entre los grupos de poder, el daño irreversible que hemos hecho al medio ambiente y que hoy vivimos con el violento cambio climático y las desigualdades socioeconómicas que vive cada país, donde la hambruna, pobreza y desempleo rigen las riendas del sistema económico mundial imperante; inducen al sometimiento por fuerzas internacionales económicas ilegales, como es el caso del narcotráfico, las presiones diarias del momento económico por obtener grandes ingresos en corto tiempo que llevan a la corrupción, las presiones particulares de cada individuo que lo hacen priorizar sobre sus intereses por encima del interés colectivo; motivan a estos políticos a enrumbarse en malos caminos, aun siendo producto de una votación popular. Asimismo, son los partidos políticos los responsables de incentivar la discusión racional en su interior y en su modelo de comunicación y, con ello, motivar en el militante un interés por la participación y legitimación democrática.

Es difícil erradicar la corrupción, el interés personal del colectivo, traspasar los lineamientos de la legalidad por tener más capital económico, inclusive influir en los demás para que, junto a él, compartan la corrupción, el desgreño y el robo de las arcas nacionales. Pero hay que hacerlo, siempre han imperado los buenos por encima de los malos. No dejarnos influenciar por algunos medios de comunicación, que, con falta de respeto y ética profesional, echan a los 71 diputados dentro del saco de la corrupción y el engaño, quizás heridos por no poder pertenecer a este órgano de poder estatal representado por verdaderas fuerzas políticas populares, votación ganada por el constante recorridos en los circuitos y el apego indisoluble con las clases marginadas de esta linda nación. Quizás este camino roto entre capital y poder político en los órganos de representación electoral los hace vociferar y alienar este primer órgano del Estado, soñando con su cierre y poder así volver a tener poder político en una república autócrata y totalitaria.

Estamos en un dinámico proceso electoral, donde nuevamente el Poder Legislativo recaerá en la votación popular de cada uno de los 31 circuitos electorales del país, allí impera el discurso, el acompañamiento constante, en las buenas y malas, de los candidatos con los barrios y comunidades de sus circuitos, allí va por encima de la coima y el regalito, el carisma y cariño de la población con su político verdadero y confiable; allí impera la voluntad del colectivo, solo así se sentirá dignamente representado por los 71 diputados de la Asamblea Nacional.

Sin pretender eludir la realidad, es bueno que se sepa que la política no es todo lo malo que se piensa de ella; por el contrario, desde sus orígenes, la política es considerada, a través de todos los tiempos, uno de los oficios más nobles del hombre civilizado. En tal sentido, la política representa entrega, servicio a una causa, sacrificios en la defensa y concreción de idearios, responsabilidad en la conducción correcta de grupos humanos en base a posibilidades reales.

Ese día de votación impera la lógica y raciocinio colectivo por encima de los titulares y comentarios de prensa y televisivos, siempre empañando y tratando de dañar al primer órgano del Estado, al cual represento decorosamente.

(*) Diputado de la República, PhD. Recursos Humanos.
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