• 25/09/2023 00:00

Y se destapó el Darién

Los Estados Unidos de América y las Naciones Unidas han definido esta migración americana, como una “crisis humanitaria” que debe ser controlada, más no contenida [...]

Desde el año de 1980, la zona boscosa fronteriza entre la provincia de Darién y el departamento del Cauca en Colombia fue designada como Parque Nacional y a partir del año 1983, fue designado por la Unesco como reserva de la biosfera, para la conservación y protección de esta zona en particular.

Mucho antes de que estos hechos marcaran el destino del Parque Nacional Darién, ya su tupido bosque había sido considerado como el Tapón del Darién, por quienes en sus infructuosas aventuras trataron de atravesarlo. Recientemente, vi un documental de 1960 en que la empresa fabricante de automóviles General Motors de los Estados Unidos de América, fabricantes de los autos de marca Chevrolet, se proponían atravesar el denominado tapón en sus autos como una forma de publicidad para la marca y sus vehículos modelo Corvair; la expedición fue patrocinada por la división de automóviles Chevrolet y por Dick Doane Chevrolet, heredero de la empresa del mismo nombre. Para mi sorpresa, los autos llegaron hasta donde se pudo y ahí permanecen sus vestigios.

No fue sino en el año 2020, 60 años después de esta expedición y 40 años de protección del Parque Nacional Darién de sus depredadores naturales, los seres humanos, con sus pretensiones de abrirlo al tráfico mundial desde Canadá hasta la Patagonia, pasando por la difícil zona de guerrillas, narcotráfico y fiebre aftosa del Cauca y el bajo Antioquia, que miles, o mejor dicho ciento de miles de ciudadanos de muchas nacionalidades, desde África, China, India, Paquistán, hasta los más cercanos Cuba, Haití, Colombia y principalmente Venezuela, en complicidad con el gobierno dictatorial, regresivo y comunista de Venezuela, al igual que el hambre y la miseria producto de la corrupción de los países antes mencionados y otros en peor o igual estado, que de forma continua, sin descanso, sin control, sin documentos y algunos con obscuros intereses, continúan promoviendo la diáspora de sus conciudadanos, con efectos graves y gravísimos en las economías, sociedades, política nacional e internacional de todos los países que hacen lo posible y hasta lo impensable en atender esta llamada crisis humanitaria, que tomó a todos, menos a sus autores y beneficiarios finales, por sorpresa.

Sin embargo, el destino de todos es uno solo, llegar a suelo Norte Americano, a la patria que todos los gobernantes regresivos venden, propugnan, hasta adoctrinan a sus ciudadanos como “imperio del mal”, los Estados Unidos de Norte América y su fracción más fría, Canadá. Otros países sufren por igual de este envío de seres humanos y entre esos están Panamá, Costa Rica y México, que forman parte de la nueva ruta migratoria americana.

Los Estados Unidos de América y las Naciones Unidas han definido esta migración americana (no hay que olvidar que también existe la migración africana), como una “crisis humanitaria” que debe ser controlada, mas no contenida, y que, por ninguna causa próxima probable, la misma se detendrá, es decir que habrá migración para rato. Por lo que los países afectados deben tener una política de corto, mediano y largo plazo para lidiar con esta a fin de salir lo mejor librados posibles.

En el caso de Panamá, en el corto plazo se hace un gran esfuerzo por movilizar esas tropas de gentes, a través de los más inhóspitos parajes, que sirven en gran forma para cientos de documentales, noticias y próximamente, hasta películas y novelas, que registran la nueva realidad del Parque Nacional Darién.

En el mediano plazo, se trabaja contra tiempo y mareas humanas, cada vez más intensas, según los últimos informes, en adecuar campamentos para los desplazados, el personal de atención y de seguridad necesario para el control ordenado por los Estados Unidos de América y con fondos provenientes de estos, que se reparten en toda la región afectada.

Más recientemente, se lanzó la Operación Chocó, bajo la Campaña Escudo, con el apoyo de equipos donados por los Estados Unidas de América y que pretende en combinación con 1,200 hombres y mujeres de diversas fuerzas del Senafront (Servicio Nacional de Fronteras) y con apoyo tecnológico y de bases de datos del FBI, acabar con las bandas dedicadas al tráfico de personas desde Colombia hasta México, principalmente acabar con los miembros de la banda de criminales del Clan Del Golfo.

Sin embargo, la crisis humanitaria tiene una causa común que aprovechan los unos y los otros en la ruta americana. Desde los gobernantes de turnos (ya llevan varios turnos gobernando) de Cuba, Venezuela y Nicaragua, pasando por los nuevos “progresistas” Bolivia, Chile, Brasil y Colombia y los próximos como Ecuador, Uruguay y Perú, hasta las empresas del Norte de América con su gran necesidad de mano de obra, pasando por los indígenas, policías y delincuentes que aprovechan cada paso de los migrantes para exprimir, robar y hasta en ocasiones matar, a la gran caravana de decididos hombres, mujeres y niños, ancianos y hasta discapacitados que decidieron destapar al Darién y que va a requerir de una política nacional de largo plazo, que permita la evaluación de riesgos y presupuestos para la construcción de bases militares Aero navales y pueblos de apoyo en distintos puntos de la provincia de Darién, desde la Miel, Yaviza, Jaqué y Metetí, que prevengan una implosión de la economía de subsistencia de los pueblos darienitas y que, por el contrario colaboren con la seguridad, el desarrollo económico y sostenible de toda la provincia y que incorporen de manera controlada a miles de nuevos ciudadanos que requerirá este desarrollo, la conservación del área protegida y finalmente la incorporación al desarrollo nacional de la provincia del Darién.

Ecologista
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