• 18/12/2013 01:00

Más en 4 que en 40...

Este estribillo que escucho diariamente en los medios de comunicación, ya me tiene frita. El dinero gastado en esas costosísimas ‘cuñas’...

Este estribillo que escucho diariamente en los medios de comunicación, ya me tiene frita. El dinero gastado en esas costosísimas ‘cuñas’ de ‘alábate pato’, como decían nuestros abuelos, se costean co los fondos inagotables de los estrujados y escuálidos bolsillos del martirizado pueblo panameño, y no de la(s) parte(s) interesada(s)...

Son innegables los logros. Están ahí, patentes, no como el ‘Puente Van Dam’ —invisible, pero famoso— ni como la luz barata que prometió Torrijos el dictador... A pesar de los sobrecostos, de la incomodidad, y de los escándalos publicados ampliamente, vemos los puentes, los ensanches, los aeropuertos.

Pero hay otras cositas que merecen incluirse. El citadísimo dictador decía: ‘Díganme lo malo que lo bueno ya lo sé’, así que mencionaremos algunas.

Es evidente que tenemos más deforestación en estos 4 que en 40. Como muestrita, vamos al Centennial, a Juan Díaz, a las hidroeléctricas, a las minerías... Igualmente hemos tenido más tranques en estos 4 que en 40, y tranques que son madre de tranques, lo que se nota muchísimo si los agentes del tránsito desaparecen durante esas horas, en vez de ayudar al martirizado motorista.

La famosa canasta básica familiar, ha sido la más cara en estos 4 que en 40, y lo estoy viviendo, notando y gastando, a pesar de carecer de apetito voraz... Ha habido más falta de agua en estos últimos 4 que en 40: las construcciones que perforan tuberías, las tuberías mal puestas, las urbanizaciones mal planeadas, las partes altas, etc. Todos los días alguien en Panamá cierra calles exigiendo agua, como en carnavales.

Hemos tenido derrames de caca (eufemismo por ‘excremento’, ‘excretas’, aguas ‘negras’, ‘servidas’...), más en los últimos 4 que en 40. Recordemos la inauguración del hotel del millonario Trump, quien tuvo que enfrentarse a una buena inundación de excremento cerca de su lujoso hotel, mientras observábamos la cobertura televisiva con perversa satisfacción...

¿Y los impuestos? Más en estos 4 que en 40. Pronto tendremos medidores en el pecho para cobrarnos impuestos por respirar de más. Hay que ahorrar respiración... Impuestos en las páginas de las escrituras, en los teléfonos, en el ‘cableado’ soterrado (el pueblo se lo costea al pudiente), el 7 % casi que olvidado (de 5 % al 7 %), en los permisos, en estampillas invisibles, etc...

Tenemos más calles destrozadas y llenas de huecos en estos 4 que en 40, destrozos, que indican falta de profesionalismo total, fríamente planeados para dañar los vehículos del pueblo. La excusa es las construcciones que al terminarse, dejan los cráteres como souvenirs. Las empresas ejecutoras de proyectos se hacen las suecas, el M.O.P. practica canasta, arrojándose ambos la pelota mutuamente; ¿y los talleres de alineamiento? Enriqueciéndose.

Se ha consumido más gasolina en estos últimos 4 que en 40, entre tranques, entre huecos, entre semáforos dañados (o apagados con idéntico resultado). ¿Y las gasolineras? Enriqueciéndose...

¿Y la basura? Esta es un proyecto comunitario: El panameño ensucia, critica, pero no paga; las ineptas entidades recolectoras se excusan, no recogen, pero exigen má$ millone$.

Por último, jamás he sentido más zozobra en mi vida que en estos últimos 4 que en 40. Creí llegar a disfrutar de una vejez apacible. Pero no; todos los días hay un nuevo sobresalto, sobre todo para la casi extinta clase media —que se achica a diario— siendo el jaque mate los temidos sobreavalúos de vivienda, más en estos 4 que en 40.

Si estamos a un milímetro del primer mundo... ¡Qué milímetro más doloroso! Quisiera un descanso, un break, como se dice ahora. Sin cuñas. Sin tranques. Sin basura. Sin caca en las calles. Sin zozobras.

EDUCADORA.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus