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- 20/12/2020 00:00
50 años de integración
El pasado 16 de diciembre se recordaron los 50 años de la integración de los estudiantes con discapacidad visual a las escuelas regulares.
Diciembre ha tenido fechas muy ligadas a la discapacidad. Ejemplo: el 13 de diciembre, que es el Día Nacional de la Discapacidad, establecido mediante la Ley 53 de 1951, que tenía como propósito desarrollar campañas en favor de las personas con discapacidad y allí se mencionaba incluso la idea de un censo. El 10 de diciembre, Día de la Declaración los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1948), que, por lógicas razones somos incluidos, por ser seres humanos.
El 3 de diciembre declara las Naciones Unidas esta fecha a nivel mundial, dedicada a la discapacidad (1992). Para que los Estados y sus habitantes tengan en cuenta que dentro de estas sociedades existe un grupo que sufre la exclusión y la discriminación social.
Que los que ratificaron la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad luchen para una inclusión total al interno de cada uno de ellos.
Nuestro país, que, en algunos aspectos de la discapacidad ha asumido la delantera de esta lucha, se unió a un movimiento internacional que tenía como objeto la integración de los estudiantes con discapacidad a la educación regular e ir paulatinamente eliminando las escuelas especiales y lograr la incorporación de los estudiantes con discapacidad al sistema regular educativo.
El 16 de diciembre de 1970 se da un paso importante en la educación especial, logrando integrar a seis estudiantes con discapacidad visual a la escuela Manuel E. Amador Guerrero, ubicada en el Ingenio. La directora de este centro educativo, profesora Carlota Pedrechi de Ferrari estuvo muy de acuerdo con brindarle la oportunidad a ese grupo de estudiantes ciegos procedente de la Escuela Nacional de Ciegos Hellen Keller.
Antes de este paso los estudiantes ciegos y sus familias realizaban gestiones individuales para ser incluidos en los planteles primarios del Ministerio de Educación.
Como era lógico, los docentes que laboraban en ese plantel mostraban algún tipo de resistencia basada en sus temores e inquietudes, porque por primera vez se relacionaban con estudiante de esta condición. Más bien la aptitud que ellos mostraban se basaban en el desconocimiento del trato de este grupo de estudiantes y ejemplo de esos miedos era que algún estudiante sin vista sufriera alguna caída en su traslado de la escuela o que sus compañeros le hiciera algún daño en la hora del receso.
Se llegó al acuerdo inicial de experimentar durante un mes de observación lo que podría ocurrir con estos alumnos. Luego, vencido este período y no surgiendo ningún accidente o suceso que impidiera la integración de los seis estudiantes ciegos a la escuela Manuel E. Amador Guerrero, se logra la permanencia de estos alumnos en el plantel.
Hoy, se habla de la inclusión, que es lo mismo que hablar de integración, ya que ambos términos lo que buscan es la permanencia de los estudiantes con pérdidas visuales o con cualquier otra discapacidad en el plantel regular. En la década del 70 y siguiente década se habló de la integración 1 y 2.
La 1 es la permanencia de la jornada educativa y en el grado correspondiente del alumno con discapacidad a su proceso de enseñanza y aprendizaje.
Y la 2 es cuando este grupo de estudiantes requiere reforzar cualquiera asignatura en las que ellos encuentren dificultades y es allí donde interviene el educador especial, para lentamente eliminar estas barreras académicas y que el alumno logre el cometido de prepararse para alcanzar su pase de un grado a otro.
Desde esa fecha, 16 de diciembre en adelante, se ha logrado la integración o inclusión de los estudiantes con discapacidad al sistema regular de educación, no importa dónde residan, todo lo contrario, para eso el IPHE cuenta con instalaciones en todo el país y con el personal adecuado para lograr lo que hoy llamamos la inclusión educativa.
A pesar de que en el 2020 hemos confrontado grandes problemas por motivo de la pandemia y la educación inclusiva se ha tenido que adaptar a través de la virtualidad, se han tomado las medidas necesarias para que los estudiantes con discapacidad no tengan que abandonar sus estudios y esto se debe a los esfuerzos de los docentes especiales, regulares, personal administrativo, directivos y técnicos que impulsan la educación inclusiva.