• 19/05/2024 23:00

A la maestra con cariño

In memoriam de la profesora Aura Guerra de Villalaz

La profesora Aura Guerra de Villalaz, partió a la casa del Padre celestial el día 13 de este mes, y con motivo de su inesperada partida que nos ha entristecido dedicamos estas palabras, en gratitud y en su memoria aunque las emociones y los sentimientos nublan el pensamiento y nos quitan las palabras.

Tuve el honor como estudiante de conocer a la profesora Aura Guerra de Villalaz (q.e.p.d.), cuando cursamos en jornada nocturna, el segundo año de la carrera de derecho, y fue en ese, entonces, mi profesora de derecho penal, parte especial, y más tarde mi directora de tesis de licenciatura.

Con la profesora Aura Guerra de Villalaz, como directora del Centro de Investigación Jurídica de la Universidad de Panamá, compartimos la labor de investigación durante diez años, al igual que realizamos labores docentes.

Nuestro ingreso al Centro de Investigación Jurídica, lo ocupamos para llenar una vacante a solicitud de la Dra. Aura Guerra de Villalaz, como consecuencia de ocupar el segundo puesto en el concurso de investigador previamente celebrado, quizás en ese momento no estábamos conscientes de nuestra vocación por la investigación, aunque en poco tiempo nuestra querida profesora Aura Guerra de Villalaz se dio cuenta de nuestro potencial.

Hay una frase que dice: “Un profesor trabaja para la eternidad, nadie puede decir dónde acaba su influencia”, y en efecto, en el marco del reconocimiento de la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia (Apanac) en octubre del año pasado, nos tocó expresarle públicamente que había sido mi modelo para continuar superándome académicamente y continuar contribuyendo con nuestros trabajos e investigaciones a favor de nuestros estudiantes, de los profesionales del derecho y de la sociedad en general.

En la hoja de vida de la profesora Aura Guerra de Villalaz, oriunda de Bugaba, provincia de Chiriquí, que obtuvo su título de Licenciatura en Derecho en la Universidad de Panamá, y realizó estudios de maestría y doctorado en la Universidad Autónoma de México, se hace patente ese interés por compartir sus conocimientos con total desprendimiento, no solo como profesora de derecho penal, derecho procesal en maestrías, licenciaturas y diplomados en la Universidad de Panamá, como catedrática de derecho penal, por más de 25 años, sino también llegando a otros espacios académicos universitarios, como profesora de derecho procesal en maestrías, licenciaturas y doctorado, en la Universidad Santa María la Antigua, Unachi y Universidad Latina.

En lo científico, publicó numerosas obras, entre las que se destaca Derecho penal panameño, Parte General (1980), que se constituyó como la primera fuente bibliográfica en esa materia, siendo coautora con Campo Elías Muñoz Rubio (q.e.p.d.), otros como La condición jurídica de la mujer, y otros temas en derecho procesal y derechos humanos.

En su hoja de vida profesional, ocupó diversos cargos en el Órgano Judicial, llegando a ser magistrada de la Corte Suprema de Justicia, juez ad-litem de la Corte Penal Internacional para los Crímenes de Rwanda del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, representante de Panamá y América Latina ante las Naciones Unidas en el Comité de Prevención del Delito Ecosoc, decana encargada de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá (1990), entre otros.

Recibió, con su excelente hoja de vida múltiples reconocimientos, entre otros, del departamento de Ciencias Penales y Criminológicas, facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Universidad de Panamá (2014), la Medalla Justo Arosemena (A. Nacional) y Ricardo J. Alfaro (CNA); una revista del ministerio Público lleva su nombre, así como el salón de profesores de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá.

Recordamos en las aulas de clase a la docente Aura Guerra de Villalaz (q.e.p.d.), que con vocación, espíritu creador y entusiasmo, estaba dispuesta a escuchar a sus alumnos, mientras que en su vida profesional, los colegas confirman ese empeño en su trabajo, su conocimiento, actuación ética, honestidad e integridad, que constituye un ejemplo para todo profesional del derecho.

Y en cuanto a su calidad humana, que es lo más importante, recordamos a una persona empática, entusiasta, sincera, generosa, sencilla, y responsable, que nos regaló su tiempo con sus conversaciones, sus enseñanzas y consejos, que supo cultivar la fe en Dios y se entregó con amor a su familia, a sus hijos y a sus nietos, que fueron su dicha y alegría.

Hasta pronto siempre querida maestra, colega y amiga, insigne jurista y académica. Descansa en paz, has dejado un legado duradero en tus alumnos y quienes te conocieron. Te extrañaremos.

La autora es catedrática de derecho penal
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