• 14/09/2023 00:00

Alianza: el tiempo en contra

“[...] es hora de que los candidatos se unan y aborden seriamente los desafíos que enfrenta Panamá, [...]. La unidad y la acción son esenciales para evitar un futuro incierto y peligroso”

Panamá se encuentra en una encrucijada crítica, donde se define el futuro del país y la necesidad de evitar la llegada de líderes autoritarios. Durante los últimos 15 años, hemos estado avanzando hacia la erosión de la libertad, el respeto a la propiedad privada, y las instituciones democráticas, lo que amenaza nuestra república.

El año 2024 representa una elección crucial, donde debemos optar, lamentablemente, por el “menos malo” para evitar que lleguen personas dispuestas a acelerar el deterioro de nuestras instituciones, la justicia, acelerando y profundizando el clientelismo y la corrupción, así como la destrucción del mérito, la moral y esfuerzo individual.

Desafortunadamente, hay obstáculos importantes para unir fuerzas en una alianza sólida. Los partidos políticos carecen de ideología, la falta de principios claros e ideales como freno ante las ideas que hoy amenazan Panamá, egos inflados y la obstinación por parte de algunos candidatos que se creen “esenciales” o “puros”. Lo que parecen algunos candidatos es estar desconectados de la realidad y del futuro al que nos enfrentamos.

Queda menos de un mes, y aún no vislumbramos una alianza duradera, incluso si no comparten una ideología común. Sin embargo, para evitar un mal mayor, debemos encontrar principios compartidos que permitan devolverle al panameño un futuro próspero que le permita a cada uno llevar sus planes de vida y lograr un mejor bienestar.

La insatisfacción, la frustración y la envidia son sentimientos que han ido brotando en los últimos años, y han permitido que discursos populistas llenos de falsedades y promesas falsas ganen terreno en nuestra sociedad. Cuando esas ideas solo conducen a la degradación de la dignidad humana y la miseria.

Es hora de que los candidatos presidenciales: Martín Torrijos, Ricardo Lombana, José Blandón y Rómulo Roux, se sienten a discutir propuestas e ideas concretas, en lugar de centrarse en sus diferencias personales y egos. Lo fundamental es lo que proponen y cómo planean llevarlo a cabo. No se trata de quién ocupa qué cargo, sino de implementar políticas y reformas estructurales necesarias para sacarnos del estancamiento actual. Esas son las verdaderas propuestas, no los pañitos y los parches que siempre, por cobardía e intereses políticos, se plantean, llevan a ser una piedra más en el camino hacia el infierno.

Las propuestas deben estar encaminadas en reformar el Estado, fortalecer sus instituciones y realizar cambios en áreas clave, como el sistema tributario, financiero, laboral, pensiones, salud, educación, justicia, y promover la apertura comercial y el libre mercado. Estas medidas pueden ser impopulares, pero son urgentes, les guste o crean o no en ellas. La democracia plena a menudo ha tenido dificultades para implementarlas, pero no podemos seguir esperando.

Si los candidatos están comprometidos con “salvar a Panamá” y “ofrecer algo mejor”, deben dejar de lado las luchas internas y los intereses personales. No pueden actuar como niños peleando por trivialidades, mientras el país enfrenta una crisis inminente. Deben comprender que no pueden alcanzar sus objetivos por sí solos y que la transformación real solo puede lograrse bajo los principios liberales bajo los que se fundó Panamá como República, como la igualdad ante Ley, Estados limitados, y libre mercado, que permitan aplacar al Leviatán que hoy tenemos como Estado y les regrese a los panameños la seguridad de saber que tendrán un futuro próspero sin dejar a nadie atrás. Donde todos tengan la misma oportunidad de salir adelante por medio de su propio esfuerzo, trabajo y sacrificio de una vida mejor.

En resumen, es hora de que los candidatos se unan y aborden seriamente los desafíos que enfrenta Panamá, ofreciendo propuestas sólidas para restaurar nuestra prosperidad y libertad. La unidad y la acción son esenciales para evitar un futuro incierto y peligroso.

Economista
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