• 13/03/2010 01:00

Reflexiones ante el nuevo año escolar

Consciente del desafío de nuestros tiempos en el ámbito educativo y que, por ende, involucra a los actores pedagógicos e implica la acci...

Consciente del desafío de nuestros tiempos en el ámbito educativo y que, por ende, involucra a los actores pedagógicos e implica la acción de la Escuela ante su rol de integración del niño en el medio físico y social, elaboro estas reflexiones desde mi esquina de educador jubilado. No podemos tapar el sol con la mano. Existen “Conflictos educativos”, motivados por intereses, por la crisis de arrastre en la educación o por posiciones de liderazgo.

Es vital el aporte de los educadores ante la necesidad de un cambio de actitud en su misión para contribuir al éxito escolar. Se ha afirmado que los responsables de la educación del niño y jóvenes son los padres de familia, docentes y directivos. Si ello es así, cada estamento debe asumir su rol.

La función orientadora de los padres y del docente constituye peso específico y se transforma en columna vertebral. Esto implica mayor preocupación por comprender al alumno y la problemática que lo rodea, para que encuentre salida a sus dificultades, y así pueda lograr plena incorporación a la sociedad que demanda una conducta digna y responsable.

Esta fórmula encuentra escollos debido a conflictos matizados por las emociones. Conflicto entre docentes, entre docentes y alumnos, entre docentes y padres de familia, entre docentes y directivos, entre alumnos, entre padres de familia y, finalmente, entre la escuela y la administración de la educación nacional.

Es un tema complejo que amerita abordarlo con objetividad de parte y parte, de tal suerte que los triunfadores sean la educación nacional, el bienestar de la niñez y el progreso de la Nación. Por ello es necesario afrontar el conflicto y no dejarlo que prospere por temor, pues ello conduciría a una debilidad que perjudicaría las relaciones en la enseñanza.

Debemos afrontar los casos democráticamente, para generar un diálogo abierto y ameno que genere críticas constructivas y prácticas liberadoras de prejuicios y egoísmos. Sin lugar a dudas en la mayoría de los Centros Educativos los conflictos destruyen el éxito de la labor, que perjudica el funcionamiento de la organización escolar.

El docente y los directivos están en el deber de analizar y llevar a la práctica medidas para minimizar las causas conflictivas y abordar las soluciones. Evitar el conflicto no es sinónimo de sometimiento férreo, sino de eficacia en la conducción de la Institución, por parte de la Organización educativa, que debe aspirar a ser modelo en la vida escolar.

El ministro de turno, tiene que rodearse de un equipo humano que empuje de verdad, con autoridad profesional, el carro del progreso. La tarea, finalmente, deben abrazarla los medios, la Iglesia, grupos cívicos, las autoridades, los padres de familia, directivos, educadores y estudiantes, teniendo como faro el Rector de la Educación Nacional.

*Educador y ex legislador.chente-3406@hotmail.com

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