Saramago y la barbarie del ateísmo

El ateísmo, la actitud de quien niega a Dios, es mucho más que una opción contra el Ser Supremo. Como decisión ante el Eterno es también una negación de la felicidad eterna que Dios es y solo Dios procura, y del castigo eterno que el pecador recibe como expresión de la Justicia máxima y como retribución de los malvados, que no se saldrán con la suya. Negar a Dios, no es por lo tanto, negar solo a una persona, es negar un destino.

Es también una privación de la Misericordia que recibe quien busca a Dios con sincero corazón y arrepentido de sus culpas, a pesar de sus debilidades. Por eso, el ateo suele negar, como Saramago, el Nobel portugués, que existan cielo o infierno.

El ateísmo es una cultura. Los regímenes ateos sembraron odio, destrucción, vacío espiritual, fueron estériles. No construyeron nada, ni perduraron. Son pura barbarie porque ciegan las fuentes del amor. Las grandes religiones construyeron civilizaciones. Y como esta opción del ateo es negación de Dios, pues bien, Dios no obliga a nadie a vivir en el más allá con él. Es decir, con la felicidad, la alegría, la bondad, todo bien y virtud que brota de Dios.

La negación de Dios es la opción por la mentira, el dolor, la tristeza, la infelicidad, el crimen, en fin, todo mal, porque eso es lo que Dios no es y por lo tanto no brota de Él. Es la opción por el fracaso.

Pero como el ateísmo tiene sus profetas, Saramago seguirá escribiendo e insultando a las mentes espirituales, mientras ese Dios que increpa le dé vida y le dé tiempo para arrepentirse del mal que ha sembrado en este mundo. ¡Qué gran lástima vivir la vida para ser apóstol de la impiedad!

Usted, hombre común como yo, puede escoger entre escuchar al ejército vociferante de los ateos o el ejército de los santos seguidores de Dios llenos de bondad y obras buenas, que recibieron su misericordia. Usted puede elegir a quién oír y a quién seguir.

*Filósofo e historiadorjordi1427@yahoo.com.mx