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- 13/06/2009 02:00
Gobernabilidad en el cambio
Se han aceptado algunos conceptos básicos en la administración pública: libertad, justicia, honestidad, capacidad, eficacia, equidad, creatividad, ejecutividad, tolerancia, meritocracia y algunos más. Y todo esto bajo una concepción ideológica que oriente las grandes decisiones; y que definirán las estrategias, programas, metodologías, planes, proyectos que deben proyectarse hacia el cumplimiento de las metas propuestas.
El gran eslogan ha sido eliminar la corrupción, acabando con la impunidad. Concesiones, contratos, licitaciones, compras del pasado y el futuro que deben ser revisadas y supervisadas. Y las investigaciones y sanciones deben ser publicadas. Eso esperan los electores para crear precedentes. Aquí también se compromete a los sectores privados con vínculos partidarios, partícipes corruptores, para darles un escarmiento y abandonar las viejas prácticas del tráfico de influencias, plutocracia y coimas en sus relaciones con el Estado.
Las grandes finanzas de nuestro centro bancario tienen que reflejarse en su responsabilidad social. No solo con altruismo, sino con justicia económica concretada en empleos, buenos salarios, mejores precios, poder adquisitivo del trabajo, bajos intereses en créditos de vivienda y Pyme, contribución de los medios de comunicación a la educación y la cultura masiva, y sobre todo a eliminar los modelos de violencia y frivolidad.
El apoyo a nuestros productores agroindustriales debe ser efectivo no solo en créditos blandos y tecnología, sino en protección frente a las desfavorables condiciones de competencia internacional. Esta defensa nacionalista tiene que alcanzar al TLC y a sus nuevas exigencias (OCDE), para proteger a las inversiones siempre que sean destinadas a beneficiar a nuestros trabajadores y consumidores.
El neoliberalismo ha hecho crisis en sus propias reglas. El crecimiento acelerado artificial de precios especulativos acumuló reservas que tuvieron que usarse en créditos que el mercado no tuvo la capacidad de pagar. Después del gran crecimiento vino el equilibrio de las grandes pérdidas. Ahora han recurrido a estatizar el sector financiero. Entonces el Estado no es tan malo, y la regulación y la planificación son necesarias para evitar el libertinaje y las imposiciones salvajes en el mercado.
El sector público debe tener objetivos sociales y nacionalistas y el sector privado brindarle el apoyo técnico dentro de la transparencia, ética, eficiencia y legalidad.
Las prioridades tienen que ser el área de la seguridad alimenticia, la educación y el empleo para resolver la violencia y la inseguridad. Así lo ha divulgado la Alianza para el Cambio. Existen las condiciones para que, con asertividad, diálogo (algunos ya iniciados) y participación ciudadana, se concreten ejecuciones profundas, eficaces y rápidas. Algunos dirigentes de partidos y ciertos sectores empresariales han defraudado al pueblo. Ahora le corresponde a este Cambio crear o retomar un estilo de gobierno ejecutivo y drástico con lo corruptos, los ‘juegavivo’ y los ineficientes y brindar beneficios especialmente a los consumidores, trabajadores y los más humildes. Los mejores tienen que demostrar en el terreno que son los mejores funcionarios.
Ante el patético fracaso de la tendencia PRD, advertido desde 1969 cuando estuvieron exiliados en Chile, deben reevaluar su desvío entreguista torrijista y apoyar las corrientes de desarrollo social y nacionalismo real, para lograr un Panamá Mejor. “Disfrute nuestro folclor”.
-El autor es médico y ex ministro de Estado. grollap@cableonda.net