• 27/05/2015 02:00

Universidad, academia y libertad de cátedra

Todas las demás universidades que se establecieron después en España, Francia, Portugal, Inglaterra y en otros países europeos

Desde que el celebérrimo y preclaro jurista, maestro del Derecho Romano, Irnerio de Bolonia, fundara la primera Universidad en Europa, en la ciudad de Bolonia, Italia, a inicios del Siglo XII; ésta se convirtió en el santuario del saber, en el centro del pensamiento y del debate que irradió el conocimiento y la civilización por todo el continente europeo, erradicando el obscurantismo, la barbarie y la ignorancia que lo asolaban.

Todas las demás universidades que se establecieron después en España, Francia, Portugal, Inglaterra y en otros países europeos, siguieron el ejemplo de la Universidad de Bolonia, fundada por Irnerio, y erigieron como cimientos o puntal de su existencia y razón de ser: la Academia, la libertad de cátedra, el debate de las ideas y la necesaria polémica, para hacer posibles la sana confrontación y el espíritu crítico que aseguran la construcción y el aporte de lo mejor del espíritu y del saber humanos, al crear así una civilización que protege al hombre de la barbarie y los abusos del poder.

O sea, que las universidades se han convertido desde entonces, en el foro adecuado, en el lugar ideal en que se enseña y aprende el saber superior a través de la cátedra universitaria, en un ambiente de tolerancia y respeto hacia el otro, para que en la fragua de la confrontación académica, filosófica, política, ideológica y social emerjan las recetas adecuadas que curen y alivien las múltiples dolencias que afligen al cuerpo social, a la comunidad entera.

Por estas y otras razones que no podemos explicar aquí, un grupo de catedráticos de la Universidad de Panamá —la Universidad del Pueblo panameño—, no podíamos permanecer impávidos, imperturbables, indiferentes y mucho menos insensibles, y por ello, nos sentimos ‘indignados' ante la nefasta e insana persecución desatada por las altas autoridades universitarias, presididas por el rector y el decano de la Facultad de Derecho, contra la Academia y la libertad de cátedra, llevada a tales extremos que se han violado y se están violando, con total impunidad, los derechos humanos fundamentales y los derechos constitucionales de prestigiosos catedráticos y catedráticas de la Universidad de Panamá, con la aviesa intención, y ello constituye una infamia, de que se mueran de hambre, al haberles negado el sagrado derecho de llevar a su hogar el pan que han ganado no solo con el sudor de su frente, sino también con su consagrada dedicación a la Academia y a la Universidad.

También, de manera coetánea, han designado y nombrado como profesores, en su reemplazo, a personas que no tienen la idoneidad ni cumplen con los requisitos mínimos que exigen la Academia y el Estatuto Universitario vigente. Es urgente e imperiosa una auditoría académica, administrativa y financiera a la Universidad de Panamá, para que cese la impunidad de que hacen gala y rindan cuentas.

¿'Quousque tandem abutere, illi, patientia nostra'? ¿Hasta cuándo, ellos, han de abusar de nuestra paciencia?

*CATEDRÁTICO TITULAR DE DERECHO ROMANO, FACULTAD DE DERECHO, UNIVERSIDAD DE PANAMÁ.

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