• 27/11/2018 01:00

La restauración de la Catedral

Esta restauración la inició en febrero 2011 el INAC, primero con un estudio y planificación preliminar del proyecto

Tras un largo y tortuoso proceso que duró siete años y nueve meses (febrero 2011 a noviembre 2018) para acondicionar y restaurar la Catedral Metropolitana panameña, finalmente el madrileño Consorcio La Antigua hizo entrega de dichas obras al Gobierno nacional este sábado 24 noviembre 2018.

Esta restauración la inició en febrero 2011 el INAC, primero con un estudio y planificación preliminar del proyecto; segundo, con la homologación y preparación del pliego de condiciones para su licitación; tercero, con la selección del consorcio ganador; cuarto, con la entrega del orden de proceder; y quinto, con la ejecución colegiada de esta complicada obra.

Este arduo e intrincado proceso involucró a arquitectos, restauradores, arqueólogos, historiadores, asesores, técnicos y demás expertos, sumados a esa espesa telaraña administrativa hilvanada por normativas nacionales e internacionales. Pero hubo además rivalidades burocráticas y múltiples cuestionamientos gremiales, laborales y gerenciales, amén de objeciones y opiniones diversas sobre ‘falsos históricos' y lo que significa ‘restauración, conservación, preservación y autenticidad histórica'. No faltaron, por supuesto, las duras críticas de muchos mal informados por el uso de fondos públicos para dichas obras, como también demandas de inconstitucionalidad por la cesión de los terrenos catedralicios a la Arquidiócesis de Panamá.

Todavía falta acondicionarla y completar su equipamiento interior por el Comité Arquidiocesano ‘Amigos de Iglesias del Casco Antiguo', presidido por don Ricardo Gago Salinero, que tomará dos meses y $4 millones adicionales, justo a tiempo para la visita del papa Francisco.

Lo admirable es que, a pesar de todas esas vicisitudes, ya podemos apreciar, en todo su esplendor, el enorme retablo mayor (20 x 9 metros) hecho de madera, pero con sus columnas y demás elementos decorativos pintados para simular el mármol, con medallones que parecen bajorrelieves al utilizar la técnica de ‘trompe l'oeil', si bien existen varios otros elementos que sí son tallados en madera policromada que representan la Tiara Pontifical, las Llaves de San Pedro, la Cruz Papal, la paloma del Espíritu Santo y un cordero pascual.

En el centro del retablo cuelga el recién restaurado oleo de Nuestra Señora de la Asunción, obra de la escuela quiteña, cuyo cromatismo, paleta de colores y luminosidad reflejan sus orígenes europeos. Este retablo está coronado por una ‘bóveda de horno' (media cúpula), pintada para simular el estilo neogótico, incluyendo siete nervios radiantes, recientemente policromados.

También se reconstruyó la plataforma destinada al coro y su órgano (el colonial ‘terraplén del coro'), arriba de las tres portadas principales del Perdón, Epístola y Evangelio con acceso, vía escaleras y elevador dentro las torres campanarios norte y sur. Todas las portadas, incluyendo las dos laterales, tienen hoy sus respectivos ‘contravientos' de madera para retener el aire acondicionado instalado para controlar la humedad.

Su pavimento de concreto fue remplazado por uno de mármol blanco y negro con diseño de tablero de ajedrez, salvo el del presbiterio con una tonalidad naranja/rojiza.

Todo esto le ha dado un nuevo esplendor a nuestra histórica catedral, con un aumento proporcional a su goce estético y espiritual. ¡Celebrémosla!

EXDIPLOMÁTICO

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