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- 07/12/2021 00:00
El chango, el talingo y las hormigas guerra
El chango es relativamente nuevo en Panamá, el talingo sí es autóctono, quizás más que las gunas; tiene el pico diferente al chango, canta diferente, pone sus huevitos azules en un solo nido de la parvada. El chango es como cualquier diputado o “repre” de esos que Ud. conoce.
Bueno, hice este preámbulo, porque los talingos son nobles y merecen el mayor de los respetos, sobre todo acá, en el paraíso natural en donde vivo. Me he reencontrado con ellos y se han constituido en uno de los mejores compañeros de mi vida, cada vez que limpio el jardín, sus canticos cortos significan que llegaron las hormigas guerra, comiéndose a cuanta sabandija reaparezca en su desfile de cuatro metros de ancho (así que mucho cuidado que traban duro), los talingos van detrás y por delante de los ríos de hormigas atrapando los insectos que huyen despavoridos.
A veces estas hormigas guerra pretenden treparse en las paredes de las casas, buscando iguanitas, y es por las salomitas de los talingos que me prevengo y corro con hormitox, para echar solo un poquito alrededor de la casa, con eso basta para que se enfilen a otro lado.
Ayer, 17 de noviembre de 2021, fue un día de baile entre hormigas y talingos y por esa nobleza de estas aves negro mate quisiera remitirlos al libro Guía de las aves de Panamá de los científicos Roberto S. Ridgely y Juan A. Gwynne, que, en la página 190, describen a los talingos así: Garrapatero Piquiliso (crotophaga ani) 33-36 cm de pico arqueado y comprimido lateramente y angosto, ojos oscuros y cuerpo negro totalmente mate.
Yo sé que lo que parece una guerra en Panamá pueda que sea más importante que el chango y las hormigas guerra, pero hace tiempo le dije a un “bajo” funcionario que si querían asegurar la ruta canalera y a todo el país, que hicieran como la compañía que construyó el ferrocarril de Panamá, que, en 1850, contrató al cazarrecompensas del Mississippi, Randolph Runner Ram, debido a que las muertes, asaltos y violencia extrema no dejaban trabajar principalmente por una tenebrosa y numerosa banda criminal llamada Darienni. El joven Randolph, de la Policía Montada, calmó la violencia en Panamá. En su “libro negro” anotaba a quienes en pocos días amanecían ahorcados y guindados cerca del dique del terraplén. Casi todas las semanas aparecían bandidos ajusticiados. Las purgas más sobresalientes fueron una vez 41 y otra 36 bandoleros con las narices y bocas llenas de hormigas más pequeñas que las hormigas guerra.