Las cámaras de videovigilancia del Centro de Operación Nacional captaron el momento en que ocrurrió el accidente que dejó 27 personas heridas.
En el mes de noviembre, participamos del 2nd China–Latin America and Caribbean Region Legal Professionals Exchange Program que reunió a 28 profesionales de 11 países de América Latina y el Caribe, en una iniciativa organizada por la China Law Society junto con tres prestigiosas universidades: la China University of Political Science and Law (CUPL) en Beijing, la Zhejiang University Guanghua Law School en Hangzhou y la Shanghai University of Finance and Economics Law School.
El programa tuvo como propósito fortalecer las capacidades jurídicas, promover el intercambio académico y consolidar la cooperación internacional en el marco de la CELAC, reafirmando la importancia de los vínculos entre China y la región.
En los temas inherentes a formación y cooperación internacional, los participantes recibimos capacitación en derecho comparado, gobernanza global y cooperación jurídica, con sesiones impartidas en chino, inglés y español. Este esfuerzo refleja el compromiso de China con la diversidad cultural y con el fortalecimiento de capacidades en América Latina y el Caribe; lo que hace que China se posicione desde nuestra perspectiva como socio estratégico de la región, ofreciendo plataformas de diálogo jurídico para enfrentar desafíos transnacionales, programas de formación y becas que impulsan la profesionalización regional, transferencia de tecnología e innovación, vinculando el derecho con la transformación digital; espacios de cooperación Sur-Sur, todo ello alineados con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En materia de diplomacia cultural, entendida como el puente que une a los pueblos más allá de los acuerdos políticos y económicos, China nos ofreció a todas y todos las y los asistentes un acercamiento que incluyó visitas a sitios históricos y museos, que permitieron a los participantes comprender la profundidad de la civilización china; intercambio gastronómico, en la cual la diversidad culinaria se convirtió en un lenguaje común de hospitalidad y apertura; encuentros con comunidades locales, que mostraron cómo la cultura cotidiana fortalece la confianza y el respeto mutuo y el diálogo intercultural en las universidades, en la que estudiantes y académicos compartieron experiencias sobre identidad, valores y perspectivas de futuro; así la -diplomacia cultural- se consolidó como un eje transversal del programa, complementando la formación jurídica con un entendimiento más amplio de las realidades sociales y culturales. Este enfoque refuerza la idea de que la cooperación internacional no se limita a la transferencia de conocimientos técnicos, sino que también se nutre de la empatía, la solidaridad y el reconocimiento de la diversidad cultural.
Desde la dinámica del turismo, el programa incluyó visitas a la Gran Muralla, la Ciudad Prohibida (Palace Museum), el Palacio de Verano, Nanluoguxiang y Houhai Hutong (son dos de los barrios históricos más emblemáticos de Pekín, en la cual se conserva la vida tradicional en los famosos “hutongs” y se combina con cafés, bares y tiendas modernas), Yucun Village (modelo de desarrollo sostenible), Museo Provincial de Zhejiang. tour por el Yangtsé en Shanghái (permite observar el contraste entre el Bund histórico y el moderno skyline de Pudong, con la Torre de la Perla Oriental y la Torre de Shanghái iluminadas por la noche), entre otros lugares y además de recorridos gastronómicos y actividades culturales. Estas experiencias permitieron a los participantes conocer de cerca la riqueza histórica y turística de China, integrando el aprendizaje académico con un intercambio humano y vivencial.
El 2nd China–Latin America and Caribbean Region Legal Professionals Exchange Program se consolida como una plataforma permanente de cooperación, que integra formación académica, diplomacia jurídica, solidaridad internacional y diplomacia cultural. La iniciativa fortalece los lazos entre China y los países de CELAC, reafirmando la importancia de la cooperación y la solidaridad como pilares del desarrollo sostenible y la integración regional.