• 08/10/2009 02:00

Los cien días de Martinelli

A punto de cumplir 100 días en la Presidencia de la República, Ricardo Martinelli decidió reprimir a los indígenas naso que protestan en...

A punto de cumplir 100 días en la Presidencia de la República, Ricardo Martinelli decidió reprimir a los indígenas naso que protestan en la Plaza Catedral de la ciudad de Panamá desde marzo de 2009. Las comunidades naso fueron destruidas por la Policía Nacional a principios de año (por el gobierno de Martín Torrijos), dejando familias y niños desamparados, para darle paso al ganado de un empresario residente en la capital.

Pocos días después de los arrestos en Catedral, la Policía Nacional reprimió a los estudiantes del Instituto Nacional. La Policía, incluso, procedió a dar lecciones de urbanidad a los padres de familia en medio de los golpes y ante las cámaras de televisión.

“ Open for business ”

La política de Martinelli es consistente con su campaña presidencial y con los primeros tres meses de su mandato. A fines de septiembre anunció en la Asamblea General de las Naciones Unidas que el país estaba abierto para hacer negocios (“ Panama’s open for business ”). Los 192 delegados de los Estados miembros quedaron atónitos por la sinceridad del dueño de supermercados panameños. El mundo también quedó sorprendido cuando anunció, poco después, que había acordado con el Departamento de Estado norteamericano instalar bases militares en nuestras costas.

mismo

El estilo de Martinelli coincide con sus objetivos, lamentablemente. Durante su campaña mediática presidencial adoptó como lema la palabra “ cambio ”, acogida por la población electoral. Durante los primeros 100 días como gobernante, sin embargo, Martinelli apretó el acelerador provocando más de los mismo: violencia, corrupción y desorden.

Las cifras que arrojan las estadísticas sobre violencia siguen aumentando. Las políticas públicas de control del tráfico de ilícitos, de las pandillas y del juego del azar no se han alterado. Se siguen aplicando las mismas políticas (“ mano dura ”, “ calles seguras ” y otras) que no acaban con la violencia y el crimen organizado.

Martinelli prometió poner fin a la corrupción y lo que ha hecho es seguir en la misma dirección. Antes de cumplir los 100 días en Palacio, Martinelli aprobó gastos por 100 millones de dólares mediante “ compras directas ” sin pasar por las licitaciones que exige la ley. El presidente Martinelli pidió 54 millones de dólares adicionales para continuar extendiendo la cinta costera, símbolo de corrupción.

Sus promesas en torno a la solución de los problemas básicos como el empleo informal han quedado en letra muerta. Martinelli insinuó que flexibilizará aún más la relación obrero patronal (creando más inestabilidad y reduciendo el salario de los trabajadores). El equipo económico de Martinelli no reconoce la crisis económica que afecta al mundo y no ve los efectos que está teniendo sobre los ingresos de los panameños ni sobre la producción manufacturera y agropecuaria. El panameño está consumiendo menos, las industrias han reducido la producción y los agricultores han perdido el acceso al mercado nacional.

Política exterior

En su discurso de toma de posesión, Martinelli se pronunció favorable a una política subordinada a EEUU. Ha sido consecuente con esa línea aceptando que ese país instale bases militares en Panamá. También está haciendo un llamado a un nuevo eje de la “ derecha ” latinoamericana. Además, es el único país que oficialmente ha aceptado el golpe militar de Honduras y su convocatoria electoral.

Política social

En materia de política social ha suspendido la “ Red de oportunidades ”, que repartía dádivas a las poblaciones más empobrecidas. En los sectores de Educación y Salud, así como Seguridad Social, impulsa programas de privatización y de reducción de gastos que perjudicará a los sectores más vulnerables.

La oposición política

Durante los primeros 100 días de Martinelli la oposición política no logró definir su programa de trabajo. El PRD entró en una fase de transición de la cual aún no sale. La dirección del partido, derrotada en las elecciones de mayo de 2009, fue obligada a renunciar sin que aparezca todavía relevo.

Por su lado, la izquierda panameña presenta varios frentes políticos que podrían tener algún impacto en el futuro próximo. El Partido Alternativa Popular (PAP), que lanzó la candidatura presidencial del economista Juan Jované, está trabajando en su inscripción formal. Por otro lado, el Frenadeso anunció su intención de entrar en el terreno electoral para combatir el monopolio político de la burguesía panameña.

Martinelli cumple 100 días en la Presidencia sin sentar las bases de una política que le permita cumplir con sus promesas de campaña. Más bien, ha sacado a relucir las mismas políticas públicas que promueven la violencia y la corrupción. En esta ocasión sin máscaras o coberturas populistas (panameñistas) o social demócratas (PRD).

Un sector empresarial se ha tomado el poder y actuará en consecuencia durante los próximos años, a menos que se logre detener ese tren expreso que no respeta al pueblo panameño, a sus etnias indígenas, a sus trabajadores, amas de casa ni a sus estudiantes.

*Profesor de la UP e investigador asociado del CELA.gandasegui@hotmail.com

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