• 24/09/2023 00:00

Cobertura universal de salud sigue siendo una quimera

[...] el inicio de las reformas para alcanzar la cobertura universal, tiene que planificarse por adelantado y con mucho cuidado [...]

Hace cinco años -en el ocaso del gobierno anterior- manifesté en esta columna que, “para la mayoría de los ciudadanos de recursos financieros escasos o limitados, la Cobertura Universal de Salud en Panamá no pasaba de ser una quimera”.

Hoy, en las postrimerías del actual gobierno, luego de una pandemia de Covid-19 y un contexto político harto descompuesto, caracterizado según muchos por una profunda crisis institucional; la ilusión de la cobertura universal de salud no ha sido posible. A pesar de las promesas de campaña, y de los casi 45 mil millones de balboas que han tenido disponibles entre el Minsa y la CSS desde el 2019 hasta la fecha, la población -que no dispone de los recursos financieros para pagar por la atención en una clínica u hospital privado- sigue esperando por el prometido acceso equitativo a los servicios integrales y garantizados, que necesitan a lo largo del curso de vida, con calidad y sin dificultades financieras.

Antes de seguir adelante, considero importante recordarles a nuestras autoridades y a todos los aspirantes a sentarse en el Sillón Presidencial a partir de julio de 2024 que, la Cobertura Universal de Salud “no es solo una cuestión de salud, sino también una cuestión propia del desarrollo”, la cual produce claros beneficios sanitarios, económicos y políticos. Todos interrelacionados y de gran importancia, sobre todo en estos momentos que estamos en plena campaña política en Panamá.

No me detendré a describir los beneficios sanitarios porque son evidentes para propios y extraños. De hecho, basta con echarle una mirada a las estadísticas vitales del INEC de los últimos 15 años y verificar con desaliento y tristeza que no avanzamos -a pesar de que contamos con los conocimientos y recursos para que no fuera así- en el control efectivo de las principales causas de enfermedad y muerte en nuestro territorio.

Sobre el asunto de los beneficios políticos, subraya la OMS que, si se financian de forma sostenida y se aplican adecuadamente, las reformas destinadas a promover la cobertura universal generan salud y bienestar, por lo que pueden proporcionar réditos políticos y ganar el respaldo popular. Sobre este punto, la población debe cuidar del buen uso de los fondos públicos y vigilar que las propuestas del gobierno y los aspirantes a serlo, no se limiten a la construcción de hospitales y centros de salud, los cuales muchas veces ni siquiera llegan a inaugurarse.

Sin embargo, también conviene subrayar que el inicio de las reformas para alcanzar la cobertura universal, tiene que planificarse por adelantado y con mucho cuidado, sobre todo para garantizar su sostenibilidad final frente al aumento inevitable de la demanda de asistencia sanitaria. Es peor hacer promesas que no se pueden cumplir, que no prometer nada. Entonces, cuidado con andar prometiendo cosas solo con el afán de conseguir el voto de la ciudadanía en las próximas elecciones.

A estas alturas de la glosa vale preguntarnos -siempre para el beneficio de autoridades, aspirantes y población- ¿cómo podemos alcanzar la cobertura universal de salud? Aunque me he referido al asunto varias veces en esta bitácora, recordemos que, esta garantía de acceso a servicios de salud de calidad y gratuitos, requiere de un debate, que espero sea prolijo, sobre las tres dimensiones de la cobertura universal: ¿quién está cubierto?, ¿qué servicios están incluidos?, y ¿cómo se financia?; teniendo presente, eso sí, que, avanzar hacia esta cobertura universal, implica un proceso de realización paulatina. Se trata de lograr progresos en los tres frentes y para todas las personas en todos los lugares.

No obstante, habrá que buscar el mejor equilibrio entre las tres dimensiones, y el mayor desafío político en este proceso hacia la cobertura universal, posiblemente sea establecer un orden de prioridades que abarque sus tres componentes principales -a saber: población, servicio y costo- y lo seguirá siendo a medida que se vayan desarrollando nuevas tecnologías y servicios de salud. Es decir, que la dificultad seguirá aumentando...

Aunque también es harto conocido por autoridades, aspirantes y sociedad en general; tengamos bien presente la especial relevancia que tienen para el logro de la cobertura universal de salud, las siguientes condiciones: el mejoramiento de la organización y gestión del sistema de salud, superando el clientelismo político, la segmentación y la fragmentación de los servicios, avanzando hacia la integración del sistema tal cual como manda nuestra Carta Magna; el desarrollo exitoso de un modelo de atención de salud, basado en la Atención Primaria de Salud, centrado en las necesidades de personas y las comunidades; el fortalecimiento del primer nivel de atención mediante la formación y distribución con equidad de los equipos de salud multidisciplinarios y el fortalecimiento de la capacidad de resolución de las Redes Integradas de Servicios de Salud y; el desarrollo de la necesaria coordinación intersectorial para abordar los determinantes sociales de la salud. Contamos con los recursos humanos y financieros, así como abundantes publicaciones propias e internacionales que nos dicen cómo lograrlo.

Que no nos falte - nuevamente - la necesaria voluntad política.

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