Este martes 18 de marzo se llevó a cabo el sepelio del cantante panameño de música urbana Chamaco.
El artista fue asesinado de varios impactos de bala...
Parece que nadie reconoce el comportamiento como un factor de riesgo al momento de conducir, especialmente si ese mal comportamiento es una conducta intempestiva acompañada del multitasking. Porque cuando analizamos los atropellos y muertes en las calles, las cuatro causas que matan a las personas son el exceso de velocidad, el alcohol o las drogas, la fatiga y la distracción. Pero creemos firmemente que la distracción es la principal razón del aumento en el número de muertes y atropellos en las carreteras.
Hace unos días leía en Consumer Digest sobre un estudio donde simuladores evaluaban a conductores de entre 16 y 92 años sobre las distracciones que experimentan al manejar. Por ejemplo, escuchar radio, en una escala logarítmica de uno a cinco, estaba en un 1.2. Escuchar un libro daba una puntuación de alrededor de 1.8, es decir, más alto porque hay que prestar más atención al contenido de audio. Y, por cierto, 5 en esa escala es la tarea mentalmente más desafiante que se podría pensar y hacer mientras se conduce un vehículo, algo así como balancear una chequera con calculadora en una mano, agarrar un sándwich en la otra mano y maniobrar el timón con las piernas. Entonces, ese 5 es una marca muy alta, en la cual debemos pensar detenidamente cada vez que una tarea se acerque a eso. Hablar con un pasajero es 2.5, hablar por celular es 3.2 y escribir en el celular es 3.8. Comer con las dos manos es 4.8.
Para conducir un vehículo se necesita habilidad física y sobre todo capacidad intelectual para pensar en lo que se hace. Ya no es solamente ajustar la temperatura dentro del automóvil o presionar un botón para estirar el asiento. Los autos vienen ahora con sistemas de voz, mecanismos de localización y un sinnúmero de accesorios que hacen del manejo una verdadera interacción tecnológica. Estas distracciones representan el costo de lo que el economista Daron Acemoglu llamó “tecnologías normales”. Tal vez han funcionado en otras partes de la actividad económica, pero cuando se trata de conducir, somos extremadamente falibles. La realidad es que los viajes autónomos aún no son factibles, lo que significa que todavía estamos atrapados detrás del timón. Y una cosa que está más que clara es la facilidad con la que nos distraemos cuando manejamos.
Una de las cosas que sucede cuando conducimos se llama ceguera atencional, donde algo sucede justo en frente de nuestros ojos y simplemente no lo vemos. Es un tipo de mirar, pero no ver. Y cuando usamos un teléfono celular o escuchamos radio, por ejemplo, se duplica la tasa de ese fenómeno. El famoso experimento del “gorila invisible” de Dan Simons es un ejemplo de esa ceguera. Un gorila entra en escena, justo entre las personas que se pasan una pelota de baloncesto de un lado a otro, el gorila se golpea el pecho y sale de la pantalla. Aproximadamente la mitad de la gente no lo ve. Ese es exactamente el tipo de deterioro que producen los teléfonos celulares cuando un conductor los usa mientras conduce. En términos de psicología elemental, la razón por la que el multitasking compromete el manejo es que le quita capacidad intelectual a la tarea de conducir.
Pero hay otra distracción integrada en nuestros autos: la pantalla del tablero. No hay mucha regulación que realmente se centre en lo que hay en el vehículo. Consumer Digest evaluó los sistemas de información del tablero de los autos, algunos con hasta cien botones, otros con diales giratorios y varios con controles de gestos. La verdad es que los conductores, cuando compran un automóvil, no tienen idea si es un sistema fácil o difícil de usar. El índice IVIS es un término que mide qué tan complicado es un sistema de información dentro del vehículo, llámese pantallas de visualización frontal, recibidor de llamadas, mensajes de texto, entrada de destino, mapas de navegación, etc. Según el NHTSA, el Nissan Rogue es el más complicado, mientras que el Kia Optima es el menos exigente.
Entonces, a manera de recapitular sobre el factor distracción y su riesgo al momento de conducir un automóvil, podemos concluir que la mayoría de los atropellos ocurren en intersecciones o lugares donde vehículos se cruzan e interactúan con peatones. Es muy probable que un conductor se distraiga cuando envía un texto o habla por celular. Hablar por teléfono tiene un riesgo de accidente casi cuatro veces mayor que escuchar radio y enviar mensajes de texto es mucho peor. Conductores que realizan multitasking ponen en riesgo al público en general, y también ellos se ponen en peligro. Pero en los últimos años la peor parte la han llevado los peatones. Un problema mayor en la que definitivamente estos últimos llevan siempre la de perder.