• 17/08/2015 02:00

“USA” regresa a Cuba

Esta proclamación fue el resultado de 18 meses de conversaciones secretas entre los dos Gobiernos  y que contaron con la mediación del Papa

Asistí al acto histórico de la izada de la bandera de los Estados Unidos en La Habana, Cuba, a través de la magia de la televisión en tiempo real y por mi mente pasaron a toda velocidad imágenes generadas por este conflicto, como aquella en 1962 en la que un buque de misiles balísticos rusos dejaba una estela marina al girar y devolverse fuera de las aguas territoriales en la llamada crisis de los misiles; la imagen de Fidel Castro arengando con el inevitable puro cubano en la mano; la imborrable imagen del Che Guevara abatido; la tragedia de los ‘marielitos', producto de la diáspora; la crisis generada por el niño Elián Gonzales en el año 2000; los miles de muertos en el Caribe, tratando de aprovechar la Ley ‘wet feet, dry feet', en que los cubanos que alcanzan las costas de los Estados Unidos pueden solicitar asilo político, mientras que los que son hallados en el mar son devueltos.

En fin, era el regreso a Cuba después de 54 años de la ruptura, de volver a izar su bandera, desde aquel 4 de enero de 1961, cuando el encargado de negocios ordenó a la Guardia de Seguridad de Marines que arriara la bandera situada frente a la Embajada. Meses después decretó un bloqueo que dura hasta hoy, considerado el más largo de la historia.

El acto se verificó frente al edificio de siete pisos construido en 1953. Un sol caribeño brillante. Tres autos Chevrolet de los años 50 entre el Malecón y la Embajada, un mar azul y el secretario de Estado, John Kerry, testigo, mientras era izada la bandera de las barras y las estrellas, era la escena.

Acto recargado de simbolismo, poder económico, político de izquierda y derecha, de retóricas, de libertades, sospechas, recriminaciones y reclamos que se inició el 17 de diciembre 2014, cuando Raúl Castro y Barack Obama anuncian el inicio de la normalización de relaciones entre EE.UU. y Cuba, tras la liberación de un espía estadounidense y de Alan Gross, un contratista retenido en una cárcel cubana desde 2009. Esta proclamación fue el resultado de 18 meses de conversaciones secretas entre los dos Gobiernos y que contaron con la mediación del papa Francisco.

Luego de múltiples reuniones el 11 de abril pasado Barack Obama y Raúl Castro se reúnen en la Cumbre de las Américas en Panamá. Es el primer encuentro oficial entre un presidente estadounidense y uno cubano en más de medio siglo y el 14 de abril Obama notifica al Congreso su intención de sacar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, una demanda clave de La Habana que se cumplía y abría el paso a este acto.

El camino ha sido largo desde aquella famosa arenga política del presidente Fidel Castro a las multitudes dos días antes del cierre de esta embajada, cuando en un discurso acusó a la Embajada en La Habana de ser un nido de espías. ‘La Revolución ha tenido mucha paciencia; la Revolución ha consentido que una plaga de agentes del servicio de inteligencia, disfrazados de funcionarios diplomáticos de la Embajada americana, haya estado aquí conspirando y promoviendo el terrorismo (...) tiene aquí más de 300 funcionarios, de los cuales el 80 % son espías', gritaba entonces Fidel Castro. ‘Si ellos quieren irse todos, entonces ¡que se vayan!'. Dos días después la sede diplomática era cerrada.

Muchos consideran que es un paso enorme después de medio siglo. Sin embargo, la mayoría de las restricciones económicas y comerciales impuestas desde los años 60, no ha llegado a su fin. Habrá que esperar y ver si la intervención norteamericana en los asuntos internos de Cuba también finaliza. Si eso sucede, entonces se iniciaría realmente un nuevo período en la historia del Hemisferio, que ya se vislumbra un reacomodo político en esta parte del mundo.

PERIODISTA

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Acto recargado de simbolismo, poder económico, político de izquierda y derecha, de retóricas, de libertades, sospechas, recriminaciones y reclamos...

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