• 07/01/2009 01:00

Cuidado con un anticristo

Expertos en lingüística nos dicen que el término griego “anticristo” puede significar alguien o algo que se opone al trabajo de Cristo, ...

Expertos en lingüística nos dicen que el término griego “anticristo” puede significar alguien o algo que se opone al trabajo de Cristo, pero que también puede significar alguien o algo que toma su lugar aparentando ser un sustituto de Él.

La primera acepción denota la abierta hostilidad de un enemigo declarado, por lo que en el Apocalipsis el anticristo ha sido descrito como una bestia con diez cuernos y siete cabezas que habla como una serpiente. Así a través de la historia ha sido asociado a tiranos malvados, como Nerón y Hitler.

El segundo significado se basa fundamentalmente en el engaño de un Satanás que se nos presenta como un manso cordero que intenta seducir a los crédulos con sus argucias. Es el conocido “lobo rapaz con piel de oveja”, de los falsos profetas y falsos apóstoles de quienes nos advierte la Biblia.

El tema viene a colación, proporciones guardadas, al iniciarse la campaña electoral que nos lleva a la escogencia de las autoridades que dirigirán el destino del país durante los próximos cinco años.

Cierto es que el elector tiene el deber ineludible de mantener una mente abierta, para escuchar todos los planteamientos de campaña que le hagan en los siguientes cuatro meses, pero es también cierto que tiene idéntica obligación de permanecer siempre alerta para descubrir al lobo con piel de oveja que pretenda engañarlo.

Aquel que prometa la felicidad y la solución a todos los problemas que nos aquejan, tiene el mismo mérito que el vendedor de drogas o el narcotraficante que ofrece el falso bienestar mediante un escape temporal de la pesada realidad cotidiana.

Ningún problema se resuelve con promesas vacías y nadie puede pretender tener la varita para solucionarlo por arte de magia.

Por ello sería deseable que el ciudadano que realmente se preocupe por el futuro y por el bienestar suyo, de su familia y del país le dedique el tiempo necesario para que pueda tomar las decisiones informadas que debe tomar en mayo.

Tres acciones podrían resumir esa tarea: ver, juzgar y actuar. Ver a los candidatos con ojos inquisidores, sus antecedentes, sus movimientos, sus estrategias, sus mañas, sus intenciones; juzgar con juicio muy crítico la sinceridad de sus propósitos, la factibilidad de sus ideas y de sus propuestas; y actuar en consecuencia el 3 de mayo cuando tenga que tomar la decisión frente a la urna.

Sería casi un crimen de lesa patria que una decisión tan trascendental se tomara a la ligera y por razones inconsecuentes.

La razón no la tiene quien más alto grite ni quien más dinero derroche en publicidad o en dádivas insinceras, ni quien más abrazos reparta o más besos dispense a cuanto infante le pongan en los brazos.

Cuidado con el lenguaje bonito y la sonrisa engañosa; esas palabras y ese gesto amistoso se olvidan una vez depositado el voto.

Lo único que perdura y que vale es todo aquello que nace, no del engaño infame ni del interés torcido del anticristo, sino de la verdad y del respeto por la dignidad del ser humano.

Que Dios ilumine a los panameños el próximo 3 de mayo.

-La autora es diputada de la República por el nuevo Circuito 8-7. VMP.mireyalasso@yahoo.com

Lo Nuevo