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- 23/05/2009 02:00
Para defender al ciudadano
El Municipio es la autoridad y el organismo más cercano a la ciudad; todavía más, la comunidad está identificada con la vida municipal. La institución municipal es un teatro magnífico para defender los derechos del ciudadano. La gran revolución que se debe realizar ahora en el orden institucional de Panamá es precisamente hacer que el Municipio sea un instrumento que proporcione un mayor bienestar a la ciudadanía, en vez de un punto débil de las instituciones políticas del Estado.
Se pudiera decir, sin embargo, que la evolución de las ciudades en los últimos 25 años en América Latina y el Caribe, ha causado agresión a los pobres, a los menos protegidos económicamente; ha herido a los débiles y fortalecido el abuso de los fuertes. Esta situación hay que modificarla sustancialmente para que las áreas verdes, las aceras, los sistemas de cultura, los modos de concebir los ambientes libres y los parques, las bibliotecas, los libros, la música, el arte y, en fin, las diversas expresiones del bienestar social puedan llegar a todos.
La ciudad es para los ciudadanos, no para los automóviles, sus calles deben estar limpias y ser seguras, de manera que los ciudadanos puedan recorrerlas con tranquilidad y sin menoscabo de su integridad. El concepto de la seguridad ciudadana es fundamental para la ciudad y la democracia. Porque la defensa del ciudadano es base de la defensa de la democracia. Las calles no deben ser de los delincuentes, sino de los ciudadanos; las áreas verdes son para el disfrute de la mayor suma posible de ciudadanos, los parques y jardines deben ser creados con el criterio de que sirvan al mayor número de gentes; las bibliotecas, teatros, museos, salas de conferencias, están destinados a ser verdaderos centros de cultura para la comunidad.
Aquí está una de las materias más importantes para que los municipios puedan realizar y ejercer una acción realmente creadora. Desgraciadamente, durante mucho tiempo imperó la concepción de que los planes locales no tenían vinculación con los planes de la nación. Pero no es así. Los planes estatales deben estar articulados con los programas de desarrollo regional y municipal. Así podrá el corazón de la ciudad latir al unísono con el corazón de la Nación.
Importa tener esto presente, porque sucede con frecuencia que las labores fragmentadas, en lugar de afirmar el progreso, lo destruyen, perturban y dificultan. Es importante que los conceptos que las nuevas generaciones se formen acerca de la organización del país, sean el resultado de la experiencia que hemos acumulado, de todo lo que hemos aprendido en el ejercicio de la democracia.
La reciente elección de nuevas autoridades municipales, es una bella oportunidad para que los ciudadanos y ciudadanas panameños nos miremos a las caras y nos preguntemos qué hemos hecho, qué no hemos hecho, y qué podemos hacer para marchar juntos y encontrar fórmulas prácticas que concilien intereses, distritos, regiones, programas, y nos permitan desarrollar planes conjuntos de acción.
Señores alcaldes, señores representantes de corregimiento, señores concejales y corregidores de policía: ¡Recordemos que el presente está en nuestras manos, y que el futuro depende de nuestra imaginación y de nuestra voluntad!
-El autor es pedagogo, escritor y diplomático.socratessiete@gmail.com