• 02/01/2017 01:03

No dejemos de protestar

‘Feliz año 2017, indignados. Espero poder continuar comunicándome pronto'

Esta puede que sea mi última entrega en este medio después de haber tenido el privilegio de opinar por un poco más de 10 años en tan prestigioso e histórico medio de comunicación. La Estrella de Panamá , si no cambian las cosas en las próximas horas, se verá forzada, injustamente, a suspender su publicación a partir de este jueves 5 de enero por razones ya conocidas.

Quería dejarles como reflexión varios temas que creo inciden en el deterioro de la condición humana. Hablé sobre el nivel del proceso educativo, en especial para las capas medias y para los pobres y desamparados cuyas únicas posibilidades de mejores condiciones de vida es a través de la educación. También traté el tema de la Comunicación y la necesidad de ‘salvarla', como señaló el pensador francés Dominique Walton. En este tiempo que vivimos, ‘Los medios masivos de comunicación son una brutal amenaza para la salud y el desarrollo de la sociedad'.

En esta posible última columna, quiero que seamos vigilantes y nos preocupemos por tres asuntos más. La primera de índole internacional. Según las estadísticas de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, durante los últimos dos años ‘un número sin precedentes de 65,3 millones de personas en todo el mundo se han visto obligados a abandonar su hogar. Entre ellos hay casi 21,3 millones de refugiados, más de la mitad de los cuales son menores de 18 años.

También hay 10 millones de apátridas a quienes se les ha negado la nacionalidad y el acceso a los derechos básicos como la educación, la asistencia sanitaria, el empleo y la libertad de circulación (…) En el mundo casi 34 000 personas son desplazadas a la fuerza cada día como resultado de un conflicto o de una persecución…'.

Aquí en Panamá nos tocó parte de este dilema y las respuestas de apoyo y solidaridad como seres humanos fueron mínimas. Debemos aplaudir a los que hicieron un esfuerzo por proveer de algún tipo de asistencia temporal a los que cruzaron nuestro territorio o se vieron varados en las fronteras en camino a lo que consideran un lugar en donde les aguarda la libertad y un mejor futuro.

Distan mucho los actos de solidaridad compasiva y desinteresada de la mayoría que se confiesan religiosos y creyentes. Y deja muchas dudas sobre su honestidad humana. Cuando nos quejemos por nimiedades (léase pendejadas) recuerden el sufrir de la gente que muere a diario de enfermedades curables, en peligrosas embarcaciones en diferentes partes del mundo buscando la libertad; o simplemente porque no tienen agua o comida que acá tiramos a la basura.

Otro tema de suma importancia es el ascenso al poder de Donald Trump. Por lo que hemos visto por el momento, los próximos meses, sino años, serán interesantes, pero creo que igualmente peligrosos. Con la facilidad y ligereza con que ha hablado de nuevos armamentos nucleares, debe asustarnos a todos en un tiempo en donde la humanidad solo debería estar hablando de paz y de esfuerzos por resolver el tema anterior sobre los desplazados a nivel mundial. ¿Qué tan disfuncional está el mundo con sus desbalances e injusticias que ya no nos toca las sensibilidades? El Gobierno de Donald Trump, puede ser un peligro para todos.

Hay otros asuntos que son de necesaria atención: la Caja de Seguro Social, el Canal de Panamá, el medio ambiente panameño, amenazado por las actividades del hombre en su afán de procurar riquezas para unos cuantos. Pero para atender esos y otros más, no dejen de protestar por el fallido y pernicioso sistema judicial que tenemos y la corrupción que nos ahoga.

La mayoría de los diarios y de los que opinan están atendiendo estos temas desde diversas perspectivas. Más intensamente en estos días por el Caso Odebrecht y las confesadas coimas pagadas a funcionarios panameños. Si queremos que este mundo cambie, que los temas que vengo resumiendo desde la semana pasada tengan conclusiones positivas y de justicia, el tema de la corrupción, la justicia y la certeza del castigo es por donde tenemos que comenzar. Ante el posible silencio de La Estrella de Panamá , solo me queda solicitarles que protesten, enérgicamente por todas las injusticias. Y nunca, nunca olviden a los Mártires del 9 de Enero de 1964.

Feliz año 2017, indignados.

Espero poder continuar comunicándome pronto.

COMUNICADOR SOCIAL.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus