• 22/07/2011 02:00

‘Solo el poder detiene el poder’

ASESOR DE ORGANIZACIONES POPULARES Y EX DIRIGENTE SINDICAL.. La sociedad humana por definición es el conjunto de individuos que interac...

ASESOR DE ORGANIZACIONES POPULARES Y EX DIRIGENTE SINDICAL.

La sociedad humana por definición es el conjunto de individuos que interaccionan entre sí y comparten ciertos rasgos culturales esenciales, cooperando para alcanzar metas comunes y afines a sus intereses y viven regidos por leyes comunes.

En la evolución del género humano han existido diversas sociedades, a saber: la sociedad primitiva, feudal, capitalista y socialista. Estas dos últimas son antagónicas por naturaleza y concepción. Obviamente que la sociedad humana se constituyó con la aparición del hombre en la prehistoria, la cual estaba organizada jerárquicamente, donde el ‘jefe’ siempre era el que se imponía por ser el más fuerte y sabio del grupo. Esta característica le permitía ostentar el poder de mando en la sociedad primitiva.

Con la aparición de la democracia en la época griega, esta tendencia absolutista del poder cambió, en ella los distintos grupos sociales (excepto los esclavos), podían ocupar el poder o unirse para ocuparlo. La democracia dio origen, pues, a la política. Con la Revolución Francesa (1789), esta tendencia cambió radicalmente, haciendo que cualquier persona (hipotéticamente) pudiera asumir cargos de poder político en la sociedad. Con la Revolución Francesa también surge la teoría de la división de los poderes del Estado para acabar con el ‘absolutismo’ del monarca o rey. Esta teoría es la base del parlamentarismo moderno de los estados hoy día.

Ahora bien, la razón por la cual narro estos hechos históricos sobre la evolución del Estado y la Sociedad es porque viendo y analizando a profundidad el comportamiento del gobierno actual, se percibe claramente que el presidente Ricardo Martinelli está desarrollando toda una estrategia hacia el control absoluto de los poderes que sustentan jurídica y políticamente al Estado panameño y su sociedad. Veamos: tiene el control del poder Ejecutivo y el Legislativo. Para este último le dio un ‘queme leve’ a sus ‘aliados panameñistas’. En diciembre de este año, a más tardar, deberá nombrar cinco nuevos magistrados, lo que le dará control absoluto en el Poder Judicial. Otros estamentos de poder del Estado, como la Procuraduría General y la de la Administración, al igual que la Contraloría general, la Fuerza Pública y la Seguridad Nacional del Estado responden a la ‘megalomanía’ del señor presidente y sus adláteres.

Al señor presidente solo le falta un pueblo que lo idolatre como un rey, no como un caudillo. Este objetivo lo busca con su ‘populismo de derecha’ reflejado en su programa de ‘cien a los 70’, la beca universal, un ‘marketing’ masivo y engañosos en los medios de comunicación, encuestas que reflejan que el pueblo aún lo quiere a él, mas no a su Gabinete, que se rehúsa cambiar, porque pareciera que funcionan a su medida, dóciles.

La historia también ha demostrado que las ‘alianzas políticas’ solo sirven para ganar las elecciones, pero no para gobernar, mucho menos para administrar una nación. Esta es una de las razones implícitas por la cual los gremios no se unen, pese a tener los mismos objetivos, ideales, clase social, el mismo enemigo de clase, etc. El asunto está en ‘¿quién manda, quién ejercerá el poder si nos unimos?..’. ‘Si no soy yo el que dirige, la cosa no funciona’... ‘Soy el más revolucionario’... etc.. etc.

Mientras las fuerzas de oposición, tanto los partidos políticos, como las organizaciones populares y sindicales se disputan el liderazgo del mando y anteponen actitudes ideológicas y celos políticos ‘pendejos’, el gobierno, dándole ‘pan y circo’ al pueblo, consolida sus redes del poder para impulsar una reforma constitucional que le permita la segunda vuelta electoral y la reelección presidencial. Los panameñistas tendrán que resignarse a seguir siendo ‘rémoras’ o divorciarse del tiburón que solo quiere darle migajas. Asimismo, impondrán la privatización, mediante ley, de todos los servicios esenciales del pueblo, como la salud, educación, agua, red vial. Y el pueblo dirá al final, ‘vamos bien’.

Cuando los ‘líderes’ sindicales y populares comprendan que el poder se construye sumando y multiplicando, sembrando confianza con el debate serio y respetuoso, sabio e inteligente, pensando en los demás, y escuchando con tolerancia las opiniones adversas, entonces tendremos poder social y político para detener a los gobernantes abusivos, que secuestran la democracia y violan los derechos humanos de los ciudadanos. Entonces, solo entonces, comprenderán que ‘solo el poder detiene el poder’.

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