• 17/07/2017 02:02

Díaz Herrera confirma su silencio delator

‘¿En eso de expulsar sacerdotes del país quién fue el designado por Torrijos para hablar con McGrath y llevarle un chantaje para sacar a un sacerdote en 1970 […]?'

Las revelaciones sobre las confesiones póstumas de Noriega han movido al excoronel Roberto Díaz Herrera a escribir mucho sin decir nada. Circula por la Red una supuesta refutación a lo que dijo la señora Edilma Gallego, pero lo que veo es que el militar no responde nada de lo importante: ¿odiaba su cuñado al sacerdote Gallego? ¿Hubo relación con la quema del rancho con el sacerdote adentro durmiendo? ¿Amenaza de muerte frente a testigos? ¿Son ciertas las confesiones respecto a la despiadada golpiza propinada por su cuñado al padre Gallego? En 1999 usted se atrevió a decir: ‘Puedo asegurar que Manuel Antonio Noriega fue el gran autor de la operación de secuestro y asesinato de este religioso [Héctor Gallego]' (El Siglo 1999) y ahora cuando el fantasma de Noriega le responde, Usted se niega a aclarar lo que sabe.

Otra cosa que no respondió: ¿Es o no cierto que Usted expresó en su casa que ‘se les fue la mano'? En un reportaje de la periodista Julia Elena Alvear (junio 2015) a Usted se le preguntó si se enteró de lo que pasó con el padre Gallego y respondió que ‘eso se estaba manejando en otros niveles'; pero la periodista también entrevistó a Irving Beneth [investigador privado que contrató la iglesia por entonces] y él contó que el arzobispo McGrath le llegó a confiar que una persona de la ‘familia' de Díaz Herrera le había hablado diciéndole que en su casa Usted dijo que ‘se les había ido la mano después del incidente'. Un dato que me llegó: ¿Qué familiar muy cercano a Usted era persona allegada a McGrath? ¿No era casualmente la esposa de ese que supuestamente también sufría de diverticulitis? Ya me están llegando más informes. Todo se sabe tarde o temprano.

En su escrito Usted no hace más que reiterar eso de que el capitán Carrizo le contó que monseñor Legarra pidió que dejaran regresar a Gallego a Panamá, porque el G-2 de Noriega le negaba el ingreso: ‘Torrijos dio la orden y el religioso volvió a Santa Fe', ha dicho Usted. Pero lo que convenientemente calla es que eso fue por febrero de 1971, cuando Gallego regresaba de vacaciones de Colombia. Usted evita decir que aquello que confeso Noriega es que el Estado Mayor decidió sacar al sacerdote del país y esto, señor, fue unos meses después, porque el cura fue secuestrado en 1971. ¿Qué había cambiado para esta fecha? Que una vez que Gallego regresó al país Torrijos intentó por todos los medios convencerlo para que se sumara al ‘Proceso', pero Héctor le contestó en una carta fechada el 1 de junio de 1971 que consultaría con los campesinos sobre la ayuda ofrecida y estos le manifestaron sentirse ignorados por las autoridades en lo que ellos venían haciendo y que ‘tal actitud de ignorarlos' pudiera ser un punto adverso, aun cuando se quisiera colaborar con el desarrollo. Unos días después de esto Héctor fue desaparecido y ahora Noriega confiesa que fue por decisión del Estado Mayor.

Siempre alega Usted que cuando ocurrió el hecho del secuestro de Gallego estaba en México; pero señor: ¿No se parece eso al truco usado por Noriega cuando estaba por cometerse el crimen de Spadafora? ‘Yo no estaba en Panamá, sino en Francia', decía Noriega en su defensa. Aun así concedámosle, señor Díaz Herrera, que Usted estaba en México, pero ¿cuándo regreso? No olvidemos que el crimen contra el padre no se limitó a un secuestro, tortura y asesinato. Luego de eso vino un enorme ENCUBRIMIENTO y represión contra los seguidores de Gallego y la Iglesia, y eso duró todo el año 1971 y aún después. Cuando la Iglesia insista en una investigación y hacia vigilias para exigir la verdad, los diarios oficialistas disparaban calumnias para desviar el tema y en eso, señor Díaz Herrera, fueron cómplices todos, incluyendo el Estado Mayor al que por cierto Usted ingresó (según sus palabras) unos meses después, con rango de mayor y donde (también según sus palabras) fue ‘oyente'; así es que pudo oír mucho de lo que allí se decidía, porque la crisis de Gallego siguió durante años. No olvidemos que el poder judicial dominado por la Guardia cerró el caso Gallego en 1973, de manera que el encubrimiento se mantuvo todo ese tiempo y siguió en los años posteriores. ¿Aún celebraba con mariachis?

Siga defendiéndose, porque ya me están llegando más informes respecto a la participación de otros de sus familiares en el caso Gallego. Uno, por ejemplo, repartió volantes contra el sacerdote unos días antes del secuestro, otro presidió un denominado Consejo Revolucionario que reprimió a todo aquel que insistiera en la verdad del padre Gallego y maniobro desde la sombra contra la Iglesia. Para ayudarlo en sus futuras respuestas, le dejo una pregunta: ¿En eso de expulsar sacerdotes del país quién fue el designado por Torrijos para hablar con McGrath y llevarle un chantaje para sacar a un sacerdote en 1970; o sea, un año antes del secuestro de Gallego? ¿Va a responder las preguntas directas o va a continuar con su silencio delator?

EXINVESTIGADOR DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD.

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