• 19/12/2012 01:00

Celebraciones y calamidades de diciembre

El solsticio de invierno del Hemisferio Norte le dio a la época un significado religioso especial que, desde las antiguas celebraciones ...

El solsticio de invierno del Hemisferio Norte le dio a la época un significado religioso especial que, desde las antiguas celebraciones paganas y el calendario maya, nos llega hasta el Janucá judío y la natividad cristiana. Tradicionalmente el panameño, inspirado en ese espíritu religioso festivo, se impregna del regocijo general y ha dado muestras de su generosidad. Diciembre es mes de la Teletón, aguinaldos y amigos secretos; pero en ocasiones el júbilo ha sido anulado o mancillado por episodios dolorosos o vergonzosos que, por ocurrir precisamente en diciembre, son más lacerantes e imborrables.

En las columnas de hechos positivos y de hechos negativos correspondientes a nuestros diciembres se registran cosas buenas y cosas malas. Hay listas de bendiciones, calamidades y hechos vergonzosos.

En la columna de bendiciones registramos: el final del año lectivo para los estudiantes, graduaciones, diplomas, satisfacción por logros académicos, avance a un nivel superior de enseñanza, orgullo para padres esforzados; es ocasión para que hijos e hijas demuestren, en forma especial, el agradecimiento y admiración a quien les dio el ser y los crió con abnegación y sacrificio innegables; es propicia la posibilidad que tienen los defensores de derechos humanos de conmemorar la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, declaración que en muchos sitios y tantas veces es olímpicamente olvidada.

En la columna de satisfacciones materiales incluimos: para los ahorristas, el haber logrado la meta fijada y poder disfrutar del resultado de un esfuerzo disciplinado durante todo el año; para los que recibieron la buena noticia de haber ganado algún premio de la lotería extraordinaria del domingo pasado, sobre todo si ese premio significa una necesitada ayuda en sus vidas; para el comerciante es el mes de más afluencia de compradores atraídos por toda clase de incentivos que produzcan el volumen de ventas que compense las posibles insuficiencias de anterior es meses del año.

A propósito del comercio: impresiona el movimiento que experimenta la capital este diciembre, acentuado por la evidente mayor presencia de turistas y residentes extranjeros. Este auge nos trae el recuerdo del estancamiento de la actividad económica del país que vivimos durante la crisis política de 1988-1989, con bancos cerrados, cuentas bancarias congeladas y el colofón de la invasión aquel 20 de diciembre con el consiguiente incontrolable saqueo del comercio capitalino. Hoy los jóvenes menores de 24 años de edad que, según la Contraloría, constituye cerca del 40% de la población panameña —1.3 millones de jóvenes— no existían entonces ni imaginan el desastre que aquello significó. En aquel diciembre hubo muertes y caos; no hubo celebraciones ni alegrías.

En la columna de calamidades anotamos: dolor a quienes las lluvias excesivas produjeron pérdidas por inundaciones y corrientes que arrasaron viviendas, animales y siembras; desconcierto de familias enteras por incendios que las dejaron a la intemperie; comunidades desprovistas de agua potable; desesperación de conductores y pasajeros atrapados sin salida en tranques costosos que se repiten y empeoran continuamente. Una tragedia de dimensiones inimaginables e incomprensibles este diciembre ha sido la masacre de 20 niños en Estados Unidos que, aunque lejos de nuestras fronteras, hoy castiga nuestros corazones e hiere nuestra sensibilidad.

En la columna de hechos censurables señalamos: tomar dineros del Tesoro Público para sufragar fiestas oficiales de Navidad, y para comprar alimentos y otros artículos para ser regalados sin control ni supervisión de la Contraloría General ni de nadie, pero con la bendición expresa del jefe del Ejecutivo. Aprovechemos los días que restan del mes para recordar, especialmente los gobernantes, que es época para compartir en un espíritu sincero de hermandad sin esperar nada a cambio.

EXDIPUTADA DE LA REPÚBLICA.

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