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- 07/10/2022 00:00
Dr. Octavio Méndez Pereira, maestro de la juventud panameña
Hoy, 7 de octubre, se conmemora una fecha clásica en el Calendario Histórico de la Nacionalidad Istmeña, como es la Fundación de la Universidad de Panamá, que todos los UNIVERSITARIOS debemos recordar, ya que hace 87 años, el 7 de octubre de 1935, inicia sus labores la Casa de Estudios Superiores en el Glorioso Nido de Águilas, el Instituto Nacional.
Para iniciar los orígenes del Templo del Saber, tenemos que referirnos a una persona distinguida en el ámbito académico, administrativo, pedagogo y literato, como es el DR. OCTAVIO MÉNDEZ PEREIRA, quien, gracias a su perseverancia, logró crear esta institución en la República de Panamá, para establecer que todos los hijos de esta Nación surgieran en las aulas y obtuviesen un grado universitario, para desempeñar cualquier ocupación, ya sea en lo científico, administrativo y humanístico, y que esta institución ha jugado un rol importante en el desarrollo de la cultura y en la lucha por la defensa de nuestra soberanía nacional.
Enfatizando en el DR. MÉNDEZ PEREIRA, nació el 30 de agosto de 1887, en Aguadulce, provincia de Coclé y falleció el 14 de agosto de 1954, en la ciudad de Panamá, realizó estudios primarios en Aguadulce, los secundarios lo realiza en la Escuela Normal de Varones, regentada por los hermanos cristianos, graduándose de maestro en 1907 y gana un premio literario, siendo estudiante, con sus obras “La tarde” y “Libertad y licencia”, graduado con honores, con un elevado índice académico, el Gobierno le otorgada una beca para continuar estudios en la Universidad de Chile, donde obtuvo el título de Profesor de Estado, en 1912. Durante ese lapso también se especializó como Contador Comercial, Agrícola y Bancario del Instituto Mercantil de Santiago de Chile; además de estudios de Jurisprudencia y un curso completo de Arte, en la Escuela de Bellas Artes. Mi inquietud por las letras era evidente, y fundó la revista Andina, colaboró con prestigiosos periódicos como El Mercurio y Diario Ilustrado. En julio de 1912, representó a Panamá en el tercer Congreso Internacional de Estudiantes Americanos, celebrado en el Perú, y fue nombrado como vicepresidente de esa Asamblea.
En Panamá, ocupó cargos importantes como docente en el Instituto Nacional, del que llegó a ser rector, y ya tenía el proyecto de crear un centro de ESTUDIOS SUPERIORES en Panamá. Ocupó la Secretaria de Instrucción Pública; en lo diplomático, fue embajador de Panamá en Chile, 1921; embajador especial en Cuba, 1925; enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante los Gobiernos de Inglaterra y Francia, 1926; delegado ante la Liga de las Naciones, 1927 y 1930; y delegado a la Conferencia Internacional del Trabajo.
En lo escolar, el MAESTRO DE LA JUVENTUD escribió obras para la enseñanza primaria y secundaria; en lo literato, escribió Emociones y evocaciones (1927) y Fuerzas de unificación (1929), pero su máxima obra de mayor prestigio es Tesoro del Dabaibe, 1934, reeditado después en Argentina y España, con el título de Núñez de Balboa, es una novela histórica o biografía novelada del descubridor del océano Pacífico, alto logro de la literatura novelesca, que enfatiza sobre aspectos de la vida colonial panameña.
En el aspecto universitario, la idea de una universidad estatal finalmente se cristalizó bajo el Gobierno del doctor Harmodio Arias Madrid, presidente de la República de Panamá (1932-1936), los panameños vieron convertidos en realidad sus esfuerzos bajo el Decreto n.° 29 del 29 de mayo de 1935, se inaugura, el 7 de octubre de ese año, la Universidad de Panamá, y se designó como primer rector al doctor Octavio Méndez Pereira.
Por último, debo decirles sobre la extensa labor de este Patriota, que poseía una facilidad para desenvolverse en diferentes escenarios: educador, diplomático, político, pensador, orador y -en cada uno de ellos- se destacó por su intachable y ejemplar conducta ética y moral. Bien decía el Primer Rector: “En las naciones débiles y pequeñas como la nuestra, sobre las cuales se ciernen los nubarrones del imperialismo, la cultura general, ciencia e investigación significan, más que ninguna otra, autonomía, personalidad y libertad efectivas”.
Gracias a él tenemos la mejor institución educativa superior del país, que no solo es el campus central, sino los centros regionales universitarios, extensiones universitarias y programas anexos universitarios, se ha mantenido este legado por generaciones que han dirigido este Templo del Saber.
GRACIAS, MÉNDEZ PEREIRA.
HACIA LA LUZ.