La República de las Islas Marshall ha creado su primer santuario marino para proteger dos ecosistemas vírgenes alrededor de los atolones Bikar y Bokak,...
- 29/11/2018 01:00
Contención e incentivos
¿La corrupción es tan solo un síntoma de nuestra frágil condición humana? Al momento de elegir hacer lo correcto o hacer ‘lo que resuelve', ¿qué nos contiene o incentiva?
Sobre el tema, nos quejamos mucho y hacemos poco. El abordaje del asunto tiene dos aristas. Una moral y otra económica. La segunda, vinculada a una desafortunada realidad: para competir comercialmente, el que cumple la ley suele estar en grave desventaja frente al que la infringe.
Daré lo que yo considero un ejemplo. La Dra. Marixa Lasso, panameña, profesora en la Universidad de Colombia, muestra una raíz que explica, pero no justifica, lo que nos sucede: ‘La corrupción en el siglo XVII se debió […] a una organización económica […] basada en los intereses imperiales de la Corona Española y que ignoraba la realidad comercial y productiva de las Américas. Por ejemplo, el vino del Perú era más barato y llegaba en mejor estado que el vino español. ¡Pero era ilegal para los panameños importarlo del Perú, sin una autorización especial de la Corona, que llegaba a veces y a veces no llegaba! Sólo era legal importar el [vino] español. Obviamente, la población panameña encontraba esa prohibición absurda. La lección, creo yo, es que una vez que la población pierde el respeto por las leyes, porque éstas no se ajustan a su realidad [económica] y a sus necesidades [comerciales], la corrupción se volverá la norma'.
Meditar las respuestas a las dos preguntas de mi primer párrafo, conlleva considerar si erradicar la corrupción es o no una meta realista. Conlleva también, meditar si la estrategia práctica, es conformarnos con mitigarla, diseñando y aplicando sistemas de contención e incentivos.
Un ejemplo de contención: transformar el sistema judicial, para minimizar la compra de fallos. Así, gana el que tiene la ley de su lado, no el que tenga la chequera más gorda.
Un ejemplo de incentivo: compensar a los funcionarios públicos, para que ganen según productividad (una rueda que ya está inventada en el sector privado). Así, aquel con mejor desempeño cobra más, no el que pide las coimas.
Habrá quienes argumenten que estas iniciativas son ingenuas, pues ‘nadie aguanta un cañonazo de 50 mil pesos'. La frase, atribuida a Álvaro Obregón, presidente mexicano de 1920 a 1924, implica que todos (el policía de tránsito y el Ministro), tenemos un precio que quiebra la voluntad de actuar honestamente. Si fuese así, las aristas morales y económicas que mencioné en mi segundo párrafo, son inseparables y, por tanto, ano habrá cambio de conducta sin abordar el tema de forma integral. Vale la pena intentarlo. Es mejor que solo quejarse.
INVESTIGADOR DE MERCADOS.