• 04/11/2008 01:00

Elecciones en EEUU

Hablar del sistema democrático en EEUU es un signo democrático similar a Grecia, cuando se dieron los primeros ejemplos de una pura demo...

Hablar del sistema democrático en EEUU es un signo democrático similar a Grecia, cuando se dieron los primeros ejemplos de una pura democracia directa de Platón, Sócrates, Pericles y Herodoto de Halicarnoso. Pero el verdadero ejemplo se dio cuando designaban a sus funcionarios, aunque no era factible entre los romanos.

Pero con el tiempo este se transformó por los abusos en Europa, debido a las persecuciones sociales, políticas y económicas, cuando se adversaba a los reyes seguidores del catolicismo. Esta práctica desapareció cuando en el mundo se dieron tres eventos que cambiaron el curso de la historia estadounidenses y mundial, siendo: la Revolución Estadounidense, la Revolución Francesa y la eliminación del sistema segregacionista en EEUU. Pero bajo la administración del presidente Abraham Lincoln, se mantuvo el pleno concepto ideal y democrático de igualdad entre los negros y blancos.

Posteriormente en 1963 el ex presidente John F. Kennedy mantuvo ese sueño, cuando el primer negro estadounidense, Martin Luther King, llegó a la Casa Blanca para enseñarle a la administración estadounidense el pleno derechos que tenían negros y blancos. Hoy después de 45 años la historia de EEUU está cambiando el rumbo y marcan un nuevo signo ante el mundo entero, porque este 4 de noviembre se darán las elecciones presidenciales donde se escogerá el nuevo mandatario estadounidense, quien tendrá el duro y difícil mando de definir cuál será la nueva política estadounidense.

Pero hay que saber que el primer candidato negro al sillón de la Casa Blanca dentro de una de las dos grandes formaciones políticas del país tiene en su color el primer caballo de batalla. ¿Está preparado EEUU para un presidente negro? Es la pregunta que más se han formulado analistas y ciudadanos desde que Barack Obama irrumpió en la carrera presidencial.

A la espera de que hoy se tenga la respuesta, lo único cierto es que Obama es un auténtico “outsider”, un forastero en el mundo de las clásicas concepciones estadounidenses, que se caracteriza por una nueva forma de hacer política sin presentar, entre otras cosas, el perfil activista todavía demandado por parte de la comunidad negra, que desde algunos sectores tradicionales le han acusado por no preocuparse de los problemas de la raza.

Pero Obama, que asegura sentirse orgulloso de ser afroamericano, sin que eso le suponga una limitación, forma parte de otra generación. Demasiado joven para haber sufrido la segregación, el candidato demócrata ha prosperado en instituciones blancas, mientras fomentaba un discurso conciliador y tecnócrata lejos de la confrontación. Lo importante es que los que confiamos en la verdadera democracia pidamos a Dios Nuestro Creador que ilumine a Barak Obama para que proyecte una nueva política de paz y orden en el mundo entero.

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