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El día 9 de agosto conmemoramos el Día del Abogado en honor a don Justo Arosemena Quezada, padre de la nacionalidad panameña,
Haremos mención de los conceptos fundamentales que trazan el estudio y el accionar del hombre de leyes, que debe, indudablemente, recibir una sólida formación jurídica, que conduzca a la excelencia académica, previa la ineludible sustentación de la tesis de grado que demanda tan alta y noble profesión.
El derecho es un conjunto de normas que regulan la vida de hombre en el seno de la sociedad. Dichas reglas expresan lo que está permitido, lo que está prohibido y cómo se deben resolver los problemas entre las personas o grupos, con el fin de garantizar el orden social, la paz y la justicia.
La observancia del orden jurídico es indispensable para lograr una convivencia pacífica y ordenada de los asociados. La idea del derecho aparece ligada a la existencia misma, a la coexistencia, a la sociabilidad, a la paz, al orden y la libertad.
El mundo del derecho se expresa a través de las leyes, derivándose el principio de Gobierno de Leyes y no de hombres, dado que las leyes crean seguridad, orden, institucionalidad y generalidad. Las leyes actúan como límites del poder y garantía de los ciudadanos para evitar los riesgos de la arbitrariedad. Lo dicho se resume en la expresión “La ley es dura, pero es la ley (Dura lex, sed lex), aforismo que resalta la obligación de respetar y aplicar la ley Todos debemos estar prestos para defender el principio de legalidad como base de la legitimidad del Estado de derecho.
La actuación de la norma se hace de manera espontánea cuando las personas las cumplen, y en forma forzosa cuando la violan, en cuyo caso se ha ideado el proceso como un instrumento a través del cual el Estado, por medio del órgano jurisdiccional (jueces) resuelve los conflictos de los asociados.
El derecho implica valores como la justicia, el orden, la seguridad, la paz, el bien común, la libertad, y, en general la ordenación de la vida humana.
La Justicia: para Alfonso X el Sabio: “Es una virtud universal y que consiste en una armonía entre las diversas partes, por lo cual cada uno debe hacer lo que le corresponde”.
“Constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo. Concepto que conlleva la visión de asegurar que cada individuo reciba lo que le corresponde de acuerdo con la ley y la equidad. Se reafirma lo medular: que el “derecho” tiende a regular conductas humanas, por medio de normas, buscando la realización de la justicia”.
Hacer justicia o pedirla —cuando se procede de buena fe, es lo mismo— constituye la obra más íntima, más espiritual, más inefable del hombre”. (A. Osorio, “El alma de la toga”). “La abogacía es una ardua fatiga, puesta al servicio de la justicia”, (IV mandamiento del abogado).
La Paz. La frase bíblica nos enseña que “la paz es el fruto de la justicia” (Santiago versículo 3:18) La paz verdadera y duradera sólo puede alcanzarse cuando hay justicia, es decir, cuando se respetan los derechos humanos, se promueve la equidad, se garantiza el acceso a la justicia y se protegen las libertades fundamentales. Educar en valores como el respeto, la empatía y la no violencia es un imperativo para formar generaciones comprometidas con una cultura de paz.
La paz no sólo es la ausencia de conflicto, sino el resultado de un orden justo y equitativo en la sociedad.
La abogacía es una profesión técnica orientada al servicio de la justicia y el bien común y la ejercen los abogados, como profesionales del derecho, que actúan como defensores, consejeros y representantes legales en asuntos judiciales y extrajudiciales. Se trata de una actividad esencial para el mantenimiento del Estado de derecho, la justicia y la paz social.
En los Mandamientos del Abogado, el Dr. Eduardo Couture, proclama: “Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana¸ en la Justicia como destino normal del derecho, en la Paz como sustituto bondadoso de la Justicia, y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay derecho ni justicia ni paz”.
El Decálogo del Abogado es una obra maestra que ha sido reconocida “como arte, ética y acción al mismo tiempo”, consideró el Dr. Couture a la abogacía: “arte de las leyes, sustentado, antes que nada, en la exquisita dignidad: de la materia confiada a las manos del artista; disciplina de la libertad dentro del orden; como constante ejercicio de la virtud; como constante servicio a los valores superiores que rigen la conducta humana.